Ante cuestionamientos de que sus administraciones no han planteado una estrategia de combate al crimen, los gobernadores de Coahuila, Humberto Moreira, y Durango, Ismael Hernández Deras, salieron rápidamente a desmarcarse con el argumento de que la estrategia debe ser de la Federación y que, en todo caso, ellos hacen lo que el centro les diga. Claro que esto se cumple sólo cuando les conviene (por ejemplo, para escurrir el bulto) porque en otras ocasiones hacen y deshacen sin importarles lo que opinen en el Gobierno Federal.
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El argumento de don Humberto y don Ismael tiene cierto mérito, a final de cuentas la Federación es la única instancia con los recursos y la capacidad para hacer frente a la delincuencia organizada y es el Ejército el que hasta ahora lleva la batuta. Pero también es un hecho que a nivel local hay responsabilidad para prevenir los delitos y que éstos se han disparado. El problema podría ser que la Federación anda en otro canal, como lo sugieren las sorprendentes declaraciones de la canciller, Patricia Espinosa, quien dijo que el problema del crimen organizado estaba confinado a tres estados, Baja California, Sinaloa y Chihuahua. Parece que doña Patricia, por andar dando la vuelta al mundo, no ha visitado Coahuila y Durango o a lo mejor la geografía no se le da y desconoce que la región colinda con dos de los estados que mencionó y que hay un “efecto cucaracha”. Valdría la pena que se aventara un viaje por acá, donde nuestros subagentes pueden armarle un “tour” por la colonia Durangueña, para que vaya conociendo las realidades de nuestro país.
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En esto de la seguridad, por tercera vez en la actual Administración municipal los policías se fueron a huelga. Esta semana el motivo fue la intención del jefazo Karlo Castillo de ampliar de ocho a doce horas el turno de trabajo, por aquello de que la cosa se está poniendo fea y necesitan reforzar el patrullaje. Nuestros subagentes uniformados comentan que don Karlo dio la orden terminante sin explicación alguna, lo cual no cayó bien a algunos elementos, que armaron el borlote y no salieron a trabajar, justo cuando la sociedad vive una ola de pánico. Al alcalde José Ángel Pérez la noticia lo agarró en la celebración del Día del Ejército, donde se le vio bastante molesto con el jefe de la Policía, que quien sabe dónde se metió porque no se paró en la negociación con sus subordinados. Los subagentes comentan que don José Ángel envió al secretario del Ayuntamiento, Gerardo Puente, a negociar con los policías con la consigna de darle para atrás a la orden de don Karlo y respetar el turno de ocho horas. Fue esto, más que el paro de labores, lo que dicen que enfureció al director de Seguridad Pública, quien hizo un horrible berrinche y le renunció al Alcalde. Y es que no es la primera vez que don José Ángel pasa por encima de don Karlo en cuestiones operativas. Se recordará que hace unas semanas le endosó a Pedro Luis Bernal como director de Tránsito, cuando era sabido que el jefe policiaco no lo tolera. Esto aparte del hecho de que el primer amigo Ricardo Muñiz ha estado poniendo gente suya en varios puestos dentro de Seguridad Pública, como si él fuera el director. Los subagentes dicen que don Karlo estaba en la lista de cambios en el equipo del Alcalde a principios de año (en un descuido hasta don Ricardo se quedaba con esa chamba), pero no se tomó la decisión ante el impacto negativo que tendría el movimiento. Al parecer don José Ángel y don Karlo ya se tranquilizaron y no se procedió a la renuncia, lo cual hubiera sido un problema más para el jefe de la comuna. Y es que la salida del jefe de seguridad equivale a admitir que no funcionó la estrategia de confiarle la Policía Municipal a la Policía Federal y el problema es que ahorita el Municipio no aguantará otra bronca con los federales como la del año pasado. El hecho es que el horno no está para esos bollos.
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En la peronera capital, los muchachos del secretario de Finanzas, Javier Villarreal, andan atareados cuadrando las cuentas con la solicitud de un crédito por 270 millones de pesillos que pidió el Municipio de Torreón, quién sabe para qué. Nuestros subagentes comentan que la preocupación de don Javier y compañía es triple. Por un lado, está el monto del crédito, que equivale a una quinta parte del presupuesto anual del Municipio, lo que lleva a cuestionar la capacidad de pago y el hecho de que el crédito a 15 años se heredaría al menos a las tres administraciones municipales que siguen. Los contadores de Finanzas calculan que si el Estado pidiera prestado tal proporción de su presupuesto, el crédito sería de 6 mil 500 millones. La segunda preocupación es el impacto negativo en la calificación crediticia del Estado, que anda muy bien desde que en el sexenio pasado empezaron a operar sin deuda y que empezaría a tambalearse, porque el mismo Estado también contempla echar mano de mil millones de pesillos. Y la tercera preocupación es que el Municipio no ha explicado bien para qué quiere el dinero, si es para financiar obra o para tapar agujeros que quedaron en sus ejercicios pasados. A final de cuentas el Estado lleva la mano en esta autorización y una negativa podría acarrear más conflictos entre las administraciones estatales y municipales, además de que pondría al alcalde José Ángel Pérez en aprietos para cerrar el año.
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Por ahí se comenta que las vicegubernaturas que comandan Eduardo Olmos y Antonio Juan Marcos andan muy activas con obras pequeñas en colonias para buscar el mayor impacto electoral, pero que quieren cobrar la factura de la manera más burda. Nuestros subagentes reportan que en algunas casas, los enviados de las dependencias han colocado calcomanías presumiendo que el “Gobierno de la Gente” hizo la obra, ante la molestia de varios ciudadanos. También se dice que algunos apoyos estatales han sido condicionados a gente que profesa fidelidad priista. Es claro que la competencia electoral estará muy atada a la obra pública, con el Estado y el Municipio acelerados por reclamar el crédito por lo que se ha hecho y culparse mutuamente por lo que han deshecho. Si viviéramos en un país normal, se darían cuenta de que a los ciudadanos no les interesa cuál es el Gobierno que trabaja, con tal de que trabaje.
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En Gómez Palacio, el que anda muy activo es el diputado priista José Rosas Aispuru, quien suspira por la silla que hoy calienta el gober Ismael Hernández Deras en Durango. Al parecer, los movimientos del curuleco “pluri” no están avalados por don Ismael, quien hace cinco años se benefició con el retiro de don José de la contienda por la candidatura a gobernador y luego lo dejó a su suerte. La campaña del legislador sin duda meterá ruido en el juego que traen los ex alcaldes de Gómez, Ricardo Rebollo, y de Durango, Jorge Herrera, que ahora medirán fuerzas a ver quién saca mejores resultados en su campaña a la Cámara de Diputados, para así ganarse el visto bueno del Gober. Nuestros subagentes comentan que tanto don Ricardo como don Jorge no ven una amenaza en la candidatura de Rosas Aispuru, aunque en un momento dado, si el PRI obliga a don Ismael a abrir su proceso, el actual diputado pueda inclinar la balanza con los apoyos que sume. Hay que estar pendientes, porque en política todo lo absurdo puede pasar.
