Finalmente el PAN produjo su lista de aspirantes a cobrar en el Congreso de la Unión a partir de septiembre y, como se esperaba, el método fue la designación directa (dedazo, pues), desde el Comité Nacional. Luis Gurza va por el distrito 6 en espera de una promoción, pues antes cobraba en el Congreso local y el federal es mejor. Por el distrito 5, Blanca Eppen buscará regresar a la Cámara, aunque ahora sí va a batallar pues la vez pasada entró de “pluri”. Si bien la lista fue recibida sin mayores sobresaltos, nuestros subagentes comentan que el caso Coahuila fue uno de los que dejaron hasta el final, junto al Distrito Federal y el Estado de México.
Esto no habla muy bien de las broncas del panismo estatal, pues los mandaron a la cola junto a las entidades más pobladas del país, donde el partido tiene una mayor complejidad interna. Al final, la decisión fue medio salomónica, buscando satisfacer a los grupos del senador y primer compadre, Guillermo Anaya, del senador Ernesto Saro y de Juan Antonio García Villa, pero no al del alcalde José Ángel Pérez. En el caso de Torreón, los subagentes comentan que mientras don Luis suspiraba por el 6, doña Blanca se puso sus “moños” y buscaba entrar en la lista de “pluris”, pero de arriba le mandaron decir que cuando le asignaron el 5 no le estaban preguntando, le estaban diciendo. Y es que el PAN prácticamente ve perdido ese distrito que tiene un fuerte componente rural y de nivel socioeconómico bajo y que sólo han ganado en las dos ocasiones (2000 y 2006) en las que su candidato iba empujado por un candidato presidencial. Si doña Blanca de plano lo rechazaba, probablemente se hubieran ido a Parras a sacar al candidato, lo que habría garantizado su derrota. Ahora al menos el ex subvicegobernador Miguel Ángel Riquelme tendrá enfrente a un candidato que le puede hacer competencia.
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Esto no habla muy bien de las broncas del panismo estatal, pues los mandaron a la cola junto a las entidades más pobladas del país, donde el partido tiene una mayor complejidad interna. Al final, la decisión fue medio salomónica, buscando satisfacer a los grupos del senador y primer compadre, Guillermo Anaya, del senador Ernesto Saro y de Juan Antonio García Villa, pero no al del alcalde José Ángel Pérez. En el caso de Torreón, los subagentes comentan que mientras don Luis suspiraba por el 6, doña Blanca se puso sus "moños" y buscaba entrar en la lista de "pluris", pero de arriba le mandaron decir que cuando le asignaron el 5 no le estaban preguntando, le estaban diciendo. Y es que el PAN prácticamente ve perdido ese distrito que tiene un fuerte componente rural y de nivel socioeconómico bajo y que sólo han ganado en las dos ocasiones (2000 y 2006) en las que su candidato iba empujado por un candidato presidencial. Si doña Blanca de plano lo rechazaba, probablemente se hubieran ido a Parras a sacar al candidato, lo que habría garantizado su derrota. Ahora al menos el ex subvicegobernador Miguel Ángel Riquelme tendrá enfrente a un candidato que le puede hacer competencia.
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Ya con la lista a candidatos de mayoría definida, el PAN procederá a elaborar la de candidatos por la vía plurinominal (lotería). En este proceso, comentan los subagentes, el alcalde José Ángel Pérez ha andado activo últimamente. Se dice por ahí que las huestes del Alcalde se pasaron el fin de semana recolectando firmas entre militantes para incluir su nombre en la lista que elaborará el Comité Nacional. Eso no habría tenido mayor dificultad, viendo cómo el jefazo del PAN en Torreón, Manuel Villegas, tiene a media nómina municipal metida en el padrón de militantes. El problema es que, al parecer la petición no va a tener mucho impacto con la dirigencia nacional, donde don José Ángel es señalado por las huestes de Guillermo Anaya como culpable del declive electoral del blanquiazul y por lo tanto no debería premiársele con una diputación y nominota de a gratis. También puede ser que el nombre se incluya hasta el lugar 20 de la lista de la circunscripción, lo que garantizaría que no llegará. Veremos y diremos y a lo mejor lloraremos.
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Después del “plantón” que nos dio el presidente Felipe Calderón la semana pasada, los laguneros tuvimos que conformarnos con la visita de quien ya todo mundo dice que será el próximo “preciso”: el Gober del Edomex, mejor conocido como novio de Angélica Rivera, Enrique “El Gavioto” Peña Nieto, quien anduvo por la Comarca para una comida privada organizada por el recaudador de Rentas, José Antonio García Triana, a la que vinieron algunos empresarios capitalinos como Carlos Peralta y Jaime Camil, y algunos gorrones locales de alto nivel. Quién sabe si don Pepe la quiere hacer de “celestina” o “proxeneta”, como usted prefiera, introduciendo a don Enrique a los círculos sociales de la localidad para elevarle el perfil en esta región, pues de otra forma no se explicaría que el Gober del Edomex venga nomás a pasearse. Además, don Pepe también eleva su propio perfil y posibilidad de no caer en una vida en el error. Si bien los gobernadores de Coahuila, Humberto Moreira, y Durango, Ismael Hernández Deras andaban ayer por La Laguna (nuestros subagentes reportan una reunión de ambos con empresarios para tratar el tema de la seguridad), ya no pudieron quedarse al convivio. Quién sabe si los invitaron, aunque ganas no les habrán faltado.
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Las huestes del gober Humberto Moreira andan otra vez trenzadas en dimes y diretes con el alcalde José Ángel Pérez. Ahora tocó el turno al Procu (próximamente Fiscal) Jesús Torres Charles, lanzarse contra el Alcalde, a quien acusó de decir cosas que no tienen ni pies ni cabeza (característica muy común de toda la clase gobernante, por cierto). Y es que don José Ángel había arremetido contra el Estado por “dejar solo” a Torreón en la lucha contra la delincuencia. A estas alturas resulta inútil determinar cómo empezó todo, pues si nos vamos para atrás, entraremos en el juego de la “gallina y el huevo”. Lo preocupante es que los reclamos mutuos que han caracterizado la relación de las administraciones de don Humberto y don José Ángel ya pisaron fuerte el terreno de la seguridad, que es donde no podemos darnos el lujo de tener problemas. En realidad, todo esto forma parte de una larga cadena de evasión de responsabilidad, en la que nadie quiere asumir lo que le toca: el Municipio culpa al Estado, el Estado culpa a la Federación y la Federación culpa a los gringos (o a los medios, como sucede últimamente). Lo mejor sería que todos se pusieran a trabajar en serio. El fondo de la bronca, según nuestros subagentes, parece ser que el Procu Torres Charles anda enojado con la actuación de la Policía Municipal y además está sentido con don José Ángel porque el Alcalde se opone a su nombramiento como Fiscal ya que significaría que quedaría hasta 16 años amarrado a la nómina y que de ahí viene todo el borlote. ¿Será?
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Y en esto de la seguridad, recientes cambios en el alto mando de la Secretaría de la Defensa Nacional involucran a dos ex jefazos de la XI Región Militar con sede en Torreón, lo cual deja ver que esta comandancia resulta un buen “trampolín”. El anterior comandante, el general Jorge Juárez Loera, fue nombrado Oficial Mayor de la Sedena, a cargo de la administración de los recursos humanos y materiales del Ejército. Para sustituirlo en el cargo de Contralor del Ejército y la Fuerza Aérea llegó el general Roberto Miranda, quien había sido el antecesor de Juárez Loera en la XI Región, que abarca Coahuila y Chihuahua. Como contralor, don Roberto se encargará de supervisar a don Jorge, pero como en la milicia todos se rascan la espalda mutuamente, no habrá mayor problema. Ojalá que, andando en los altos vuelos, ambos divisionarios se acuerden de La Laguna y echen una mano. Sus promociones son buenas noticias para el general Marco Antonio González Barreda, actual comandante de la Región, pues con estos antecedentes su futuro parece promisorio. El problema para don Marco Antonio es que ahora tiene en sus manos esa papa ardiente que se llama Ciudad Juárez, pues la ofensiva militar sin precedente lanzada en esa ciudad se comandará desde aquí. Ojalá que por arreglar Juárez no desarreglen La Laguna, pues mientras a los generales que han pasado por aquí les ha ido muy bien, aquí vamos peor.
