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VERDADES Y RUMORES

EL AGENTE 007

Si se topa en estos días con Jesús Torres Charles, ya no le diga "Procurador" porque a lo mejor hasta se ofende. Ahora dígale "señor fiscal", porque esa es la nueva chamba que acaba de agarrar por obra y gracia del gober Humberto Moreira, la cual lo convierte en el jefazo de todos los cuerpos de seguridad del Estado de Coahuila con derecho a firmar en jugosa nómina. Don Jesús ha consolidado bajo su mando las policías Preventiva y Ministerial del Estado, de modo que ahora aparece como el principal responsable de la seguridad en Coahuila por los próximos ocho años y, si el próximo gobernador es generoso, hasta por los próximos 16.

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La nueva Fiscalía General del Estado es parte de la intención del “Gobierno de la Gente” por cambiarle la cara al sistema de seguridad estatal con la esperanza de que así mejoren algo las cosas, aunque las experiencias previas de cambios de nombres sugieren más al Gatopardo: cambiar para que todo siga igual. Ojalá se demuestre lo contrario, porque la enorme acumulación de poder que tiene don Jesús en su oficina sólo se justificará si bajan los índices delictivos en Coahuila, lo cual no ha sucedido hasta ahora, más bien ha sido al revés. Mientras que antes el Fiscal sólo tenía a su cargo la persecución del delito, ahora también va a ser responsable de la prevención. Una de las tareas más urgentes del flamante Fiscal es el combate al secuestro, que ha tenido un auge en la Comarca Lagunera, así como la reforma en el Ministerio Público, donde la tardanza en la atención es más lenta que la construcción de un puente. Por lo pronto, la semana pasada nuestros subagentes reportaron que el Ministerio Público encabeza la lista de quejas ante la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila por la recurrencia de “dilación de justicia”, es decir, la tardanza de los agentes para investigar y castigar delitos, sobre todo del orden patrimonial. Esa falta de acción es precisamente una de las causas que ha disparado la delincuencia común, al menos en La Laguna.

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En medio de la crisis económica, existe la idea de que los gobiernos pueden ayudar a mitigar el desplome de ciertas actividades, sobre todo del ramo de la construcción, acelerando la obra pública. Sin embargo, en La Laguna resulta que mientras las diferentes administraciones contratan obras, se hacen “patos” a la hora de pagar. En el “Gobierno de la Gente”, el secretario de Finanzas, Javier Villarreal, se ha vuelto experto en hacérsela de emoción a los contratistas al atorar los pagos y la nueva es que los muchachos de don Javier han decidido contratar obra sin pagar anticipos, por lo cual esperan que los favorecidos con obras las paguen de su bolsa hasta que en la peronera capital se dignen en liberar los cheques. De ahí que el gober Moreira y don Javier consideren seriamente pedir prestado unos mil millones de pesillos para salir al paso. En el caso de Torreón, la Administración municipal es un poco más cumplidora, pero ahora han sacado las llamadas “cadenas productivas” que les permiten retrasar los pagos, pues en la tesorería que comanda Gerardo Martínez han decidido aplazarlos hasta finales del año cuando cierren el changarro. Esto abre la sospecha de que la Administración de José Ángel Pérez trae un boquete financiero y de ahí la urgencia de pedir doscientos treinta millones de devaluados pesillos prestados, que heredarían felices a los siguientes ayuntamientos. Pero el problema fuerte de Torreón, se dice por ahí, está en el Simas, donde la explosión de la nómina para pagar favores políticos del jefazo del PAN, Manuel Villegas, le abrió un hueco a las finanzas de la empresa que, según nuestros subagentes, ahora batalla hasta para comprar papelería. En Gómez Palacio las cosas no pintan mejor, pues mientras la Administración que inició Ricardo Rebollo y que ahora continúa Mario Calderón (a nombre de don Ricardo, claro está) presume de un tren de obra sin precedentes, a la hora de soltar el billete se están poniendo muy rejegos. Los subagentes comentan que al Municipio se le fue mucho dinero para traerse en Centro Teletón y ahora batallan para pagar lo demás. ¿Será?

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En los respectivos “cuartos de guerra” de los vicegobernadores Eduardo Olmos y Antonio Juan Marcos crecen dos preocupaciones que podrían obstaculizar, o de plano frustrar, sus aspiraciones a la candidatura del PRI a la alcaldía. Una es que los operadores que maneja cada uno, don Lalo desde la Secretaría de Desarrollo Regional y don Toño desde la Coordinación de Organismos (no completamos el nombre porque está muy largo y el papel de periódico muy caro) empiecen a boicotear la gestoría que hace la contraparte. Nuestros subagentes en las colonias populares ya han detectado casos en los que gente afiliada con una dependencia da largas a peticiones enviadas desde la otra. Esto podría impactar a ambos aspirinos en la medida en que la clientela del tricolor empiece a cuestionar la efectividad del “Gobierno de la Gente” para responder solicitudes de apoyo social y eso en tiempos electorales es inaceptable. Pero la principal preocupación es menos abstracta y tiene nombre y apellido. Se trata del jefazo del PRI municipal, el diputado Salvador Hernández Vélez, a quien ambos bandos ven como promotor de los supuestos golpeteos entre don Lalo y don Toño para tensar las cosas y poder posicionarse como un “tercero en discordia” en la carrera por la alcaldía. Esto es lo que realmente preocupa, pues mientras que los dos vicegobernadores son neófitos en la política si se les compara con don Salvador, quien es un viejo grillo que tiene a su disposición un costal de mañas, artilugios y tácticas para dar lata.

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La grilla en el PAN de Gómez Palacio por la candidatura a la diputación del distrito 2 se ha intensificado luego de que parecía que iban a tener problemas para encontrar “gallo” en ese distrito. Tras el retiro del ex candidato a la alcaldía, Augusto Ávalos, quedaron dos precandidatos: la regidora María del Carmen Ávalos y el curuleco local Julio Castañeda. Nuestros subagentes habían reportado que don Julio iba como precandidato “de relleno” pues su verdadero objetivo es la alcaldía de Lerdo, por lo que la regidora iba a ser lanzada, aunque probablemente al matadero, pues el PAN tiene pocas probabilidades en el distrito. Pero la cosa cambió y ahora se reporta que a don Julio sí le interesa la candidatura pues, como el distrito abarca Lerdo, la campaña le reforzaría su imagen en la Ciudad Jardín para lanzarse a la alcaldía el año próximo, aunque pierda la diputación. Pero hasta ahora, el único beneficiado con la indecisión es el priista Ricardo Rebollo, quien tiene el terreno para él solito, mientras los blanquiazules se hacen bolas.

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