A punto de inaugurar las obras de reubicación de ambulantes en el Centro Histórico, las huestes del alcalde José Ángel Pérez andan pateando el bote para adelante sobre la fecha para mover a los vendedores. Primero salieron con que el 23 de marzo serían reubicados. Luego el vicealcalde Rodolfo Walss salió con que sería el 23 y el 27. Luego el jefazo de Plazas y Mercados, Alberto Chavira, dijo que el 30.El plazo está encima y las obras están a punto de terminar, pero a estas alturas pocos confían que se cumplirá la fecha.
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A punto de inaugurar las obras de reubicación de ambulantes en el Centro Histórico, las huestes del alcalde José Ángel Pérez andan pateando el bote para adelante sobre la fecha para mover a los vendedores. Primero salieron con que el 23 de marzo serían reubicados. Luego el vicealcalde Rodolfo Walss salió con que sería el 23 y el 27. Luego el jefazo de Plazas y Mercados, Alberto Chavira, dijo que el 30.El plazo está encima y las obras están a punto de terminar, pero a estas alturas pocos confían que se cumplirá la fecha.
Tampoco hay mucha garantía de que los ambulantes que quedarán fuera de la reubicación, cuya cifra exacta nadie sabe porque la ponen entre 10 y 80, vayan a ser removidos del Centro tal como lo anunciaron las autoridades al prometer que la zona quedaría limpia de ambulantes. Para añadirle más confusión al asunto, al parecer la negativa a colocar vendedores frente al Museo Arocena, que mereció condena generalizada cuando se planteó, no es asunto cerrado, pues nuestros subagentes en la Presidencia Municipal reportan que una persona cercana a don José Ángel dijo hace poco que en el paseo de la Cepeda quedarían tres módulos. Habrá que estar pendientes, porque si bien el proyecto del Centro ya está a punto de cuajar, la sabia “ley de Murphy” indica que “si algo puede salir mal, seguramente saldrá”.
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Un reciente operativo conjunto de policías de todos los niveles reveló fricciones entre la Policía Federal y los agentes municipales, según reportan nuestros subagentes que andaban en el frente de batalla. Resulta que los municipales se pusieron rejegos para que los muchachos de la prensa recogieran datos sobre la liberación de un secuestrado en una colonia del Sur de la ciudad y sólo se les permitió la entrada cuando lo autorizó un comandante de la Policía Federal, quien puso en su lugar a los agentes municipales. La contraorden resultó curiosa, pues era fuerte la insistencia de los municipales de no dar muchos detalles sobre el asunto, lo cual llevó a los subagentes a preguntarse si los polis locales querían proteger a los autores del plagio. Porque también resulta sospechoso que no hubo detenidos a la hora de liberar al secuestrado, como si lo hubieran dejado solo en la casa de seguridad. Quién sabe si el jefazo Karlo Castillo estará enterado del episodio. ¿Será que, como dicen los insistentes rumores, algunos policías municipales andan haciendo de las suyas ante el clima de inseguridad en la región? A todo esto, la flamante Fiscalía General del Estado ha andado bastante callada, pues el secuestro sigue rampante en la Comarca y hasta ahora los muchachos de Jesús Torres Charles no han mostrado gran cosa de avance, lo cual ya fue visto por el PAN como una oportunidad de ganar algunos puntos electorales, aunque de ningún lado se vea interés por solucionar el problema de fondo. La única novedad con al Fiscalía es que ahora quieren meter su cuchara en la proceso de evaluación de los policías municipales, pero entonces habría que preguntarse quién los evalúa a ellos.
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Ante la preocupación, ya reportada en esta columna, de los dos vicegobernadores, Eduardo Olmos y Antonio Juan Marcos, de que había otras personas interesadas en inflamar la tensión entre ambos, los dos aspirinos a la alcaldía de Torreón tuvieron un encuentro para trazar una estrategia que les permita atajar los goles que les estaban metiendo. Las sospechas siguen cayendo en el jefazo del PRI municipal, Salvador Hernández Vélez, pero también en operadores tanto de don Lalo como de don Toño que buscan darle lata al rival de su respectivo jefe. Nuestros subagentes reportan que al menos uno de los dos vicegobernadores, consciente de que esto no se ve bien, ya alertó de la situación al gober Humberto Moreira y a su hermano cómodo y jefazo con licencia del tricolor, Rubén, quien anda tramando estrategias tras bambalinas con eso de que no puede hacer campaña. Pero además, don Antonio tiene otro problema con los panistas que lo van a denunciar ante el IFE por acelerado, de modo que se imponga la necesidad de que en el tricolor cierren filas. Por ahí se plantea la posibilidad de que los dos vicegobernadores organicen una aparición conjunta para dar la impresión de unidad y de que se apoyan mutuamente, lo cual indica que en las próximas semanas se van a prodigar mieles mutuamente, aunque muy posiblemente las patadas van a seguir debajo de la mesa, por lo que se les recomienda ponerse protectores de espinillas.
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Los que viajaron a Washington a aprender sobre manejo de campañas políticas fueron el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, y el diputado federal y aspirino a alcalde de Torreón, Jesús de León. Ambos legisladores panistas se inscribieron en un curso en la Universidad George Washington de la capital gabacha a ver si se les pega algo sobre estrategias políticas para ganar campañas, pues andan muy urgidos de “tips”. Se dice que ambos pagaron el viaje de su bolsa, pero habría que verlo para creerlo. Lo que sí es un hecho es que a ninguno de los dos le importó ausentarse durante el periodo de sesiones del Congreso. Con la situación del PAN en Coahuila, si don Memo y don Chuy quieren tener alguna esperanza de aprender algo que funcione, van a tener que ir a preguntarle al mismísimo Barack Obama cómo le hizo para ganar. Porque como pintan las cosas, van a necesitar regresarse desde allá de rodillas hasta la Basílica de Guadalupe con pencas de nopal en la espalda.
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En las grillas culturales, que a veces se ponen peor que las políticas. Lo decimos porque se aprecian problemas en dos importantes instituciones de la vida cultural en Torreón: la Camerata de Coahuila y el Centro de Iniciación Artística “Pilar Rioja”. Nuestros subagentes reportan que ambas instituciones están sufriendo un recorte del subsidio por parte del Gobierno del Estado y del Municipio, que amenazan su viabilidad. El embate, se dice, es más fuerte de parte del Estado, pues es quien aporta el grueso de los recursos. En el caso del CINART, desde finales del año pasado están batallando para pagar la nómina. En la Camerata, después de años de estar exenta del Impuesto sobre Nóminas, al parecer ahora ya deberán pagarlo, lo cual no ayuda nada a sostener el proyecto que tanto éxito ha tenido. Los más malpensados dicen que hay intento de parte del Instituto Coahuilense de Cultura por llevarse la Camerata a la peronera capital. ¿Será?
