La epidemia de la influenza ha evidenciado que cuando quieren nuestras autoridades saben tomar decisiones, que van desde el diseño de políticas públicas ante la emergencia o abrir la chequera para generar ayuda a quienes lo requieren. En este último aspecto llama la atención cómo el alcalde de Torreón, José Ángel Pérez, estaba más que dispuesto a abrir la cartera para traer a la Banda El Limón a tocar en la Plaza de Armas, y por el contrario le dolió el codo para cooperar económicamente en la compra de pruebas rápidas para la detección del mal.
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Y es que el pasado martes en la reunión que se celebró en la Jurisdicción Sanitaria número VI, se hizo el anuncio de que el Ayuntamiento y la Iniciativa Privada donarían doscientos mil pesos a la jurisdicción para comprar quinientas pruebas rápidas para la detección de influenza. Sin embargo, cuentan nuestros subagentes a través del tapabocas, que don José Ángel ya hizo mutis sobre el apoyo, el cual por cierto es más barato que organizar un baile en la Plaza de Armas, pero obviamente como nuestros políticos prefieren los eventos donde puedan recibir aplausos, pues no es muy atractivo ayudar en la compra de pruebas médicas. Mejor que las paguen otros.
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Por cierto que en esto de la capacidad de actuar rápido, el Gobierno de Durango, que encabeza Ismael Hernández Deras anda muy lento, caso contrario al de Coahuila donde más al ritmo de rock que al de la cumbia colombiana el profe Humberto Moreira se ha puesto las pilas para atender la contingencia médica. Así mientras por el lado de Coahuila se ordenó desde el domingo por la noche el cierre de las escuelas en todos los niveles para evitar contagios, por el lado de Durango andaban papando moscas y no actuaron hasta que el Gobierno Federal dio la orden de cerrar los salones de clase. Del mismo modo mientras que por el lado de Coahuila fluye la información sobre el número de casos y específicamente dónde están, en Durango, fieles a su política de opacidad, la información sale muy lenta, con datos globales por lo que no es posible saber cuántos casos sospechosos hay en Gómez Palacio y cuántos en Lerdo, porque todo lo engloban en La Laguna de Durango. Por otra parte, Coahuila inmediatamente respondió al llamado del preciso Felipe Calderón, para pedir que se cancelaran todas las actividades que no fueran indispensables e invitar a la gente a que no saliera de sus casas, mientras que en Durango que son lentitos, tomaron la decisión ya entrada la tarde del jueves. Algunos que saben de estas cosas, recordaron que no hay que pedirle peras al olmo.
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Y en más de los errores derivados del brote de la influenza, es urgente que alguien le compre una televisión al jefe de Recursos Humanos de la Presidencia de Gómez Palacio, Máximo Rivas Sáenz, que al parecer no se ha enterado de las medidas preventivas difundidas por el Gobierno Federal ante la alerta por la Influenza Porcina. Recientemente declaró que tenía que recibir un comunicado del Gobierno Estatal para hacer caso a la recomendación del Federal sobre el hecho de que mujeres embarazadas no se presentarían a trabajar hasta el 6 de mayo. El caso es que el jueves, don Máximo nuevamente aseguró que los empleados de Presidencia laborarían de manera normal estos días. Media hora después de la declaración de Rivas, el alcalde Mario Alberto Calderón Cigarroa declaró: “Hoy por la mañana nos reunimos y ya giré instrucciones de que habrá asueto de todo el personal de la Presidencia, la primera instrucción que giré fue que las madres de niños menores de 6 años y embarazadas se fueran a sus casas, esa fue la instrucción directa mía”. Ahí nomás para que vean quién es el jefe.
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Pese al buen papel que ha desempeñado el legislador lagunero, Javier Guerrero en las negociaciones políticas y estructuración del presupuesto federal que durante tres años ha permitido tener a Coahuila mayores recursos que otras entidades, su trabajo no ha sido suficiente para que la Administración del profe Moreira le retire el trato gélido y le dé más calorcito. Y es que el “Gobierno de la Gente” sin más lo desairó en su tercero y último informe legislativo celebrado en San Pedro, el viernes 24 de abril. Ni un alcalde coahuilense lo acompañó, tampoco algún diputado de la entidad. En su informe, Javier Guerrero fue acompañado por alcaldes de Durango y por lo menos doce diputados federales de otros estados para “hacer bulto”.
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Verdad o mentira, dicen que el miércoles el vicegobernador Eduardo Olmos tuvo un “mano a mano’’ con Antonio Juan Marcos al verse obligado a invitarlo a que entregaran juntos las escrituras en la colonia Zaragoza Sur, tomando en cuenta que el joven aspirino no tuvo nada qué ver en el trámite para tener dichas escrituras se presta para varias lecturas. La más clara es que todavía “no hay nada para nadie” en el largo camino por la candidatura a la alcaldía de Torreón y se podría citar aquello de que “del plato a la boca, se puede caer la sopa’’. Y es que aunque a las huestes de don Lalo les mortificó tener que compartir el evento con la gente del joven Juan Marcos, tuvieron que apechugar pues la llamada llegó desde el Palacio Rosa, dizque para dar un mensaje de unidad y para no alborotar la gallera de cara al inicio de campañas este 3 de mayo si es que el IFE no decide otra cosa por la epidemia de la influenza.