En una encerrona en la peronera capital, el gober Humberto Moreira estrenó el Consejo Estatal de Seguridad Pública, siguiendo el ejemplo del Consejo Nacional de ídem. La reunión contó con la presencia del General Marco Antonio González Barreda, jefazo de la XI Región Militar, así como el Fiscal General del Estado y los secretarios de Gobierno, Finanzas, y Desarrollo Regional de La Laguna. También estuvieron 37 de los 38 alcaldes, pues el de Torreón, José Ángel Pérez, andaba en la Ciudad de México y mandó en representación al jefe de la Policía, Karlo Castillo Gracia. Don José Ángel andaba cabildeando dinero del subsidio para seguridad pública de los municipios, así que su falta quedó justificada. Tampoco es que se haya perdido de mucho.
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Nuestros subagentes infiltrados en la reunión de Saltillo comentan que el Fiscal Jesús Torres Charles se dedicó a dar cuentas alegres sobre el combate a la delincuencia, señalando nomás que la Comarca Lagunera está peor que el resto del Estado, pero sin mencionar qué se tiene pensado hacer al respecto. Al final se tomaron acuerdos para mejorar la selección de policías y ahí quedó la cosa. Tal parece que el Consejo Estatal seguirá las pautas del nacional en eso de tomar acuerdos sin dar muchos resultados.
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Los candidatos a diputados en La Laguna brincaron rápido al reto que lanzó Alejandro Martí para que los aspirinos a cobrar en San Lázaro firmaran ante notario una serie de propuestas. Los panistas Luis Gurza y Néstor Villarreal respondieron prácticamente al día siguiente, lo cual llevó a los priistas a sacar el directorio para buscar un notario y hacer lo propio. Nuestros subagentes comentan que Miguel Ángel Riquelme y Héctor Fernández Aguirre ya preparan una firma para la semana que entra. Claro que eso no garantiza nada más que darle más chamba a un par de notarios y gastarse unas hojas de papel, que como quiera ayuda a la economía. Los candidatos quieren aparentar que se montan en la ola de descontento ciudadano con la oferta de los partidos para las elecciones del 5 de julio, ejemplificada con movimientos con el de los compromisos o la campaña del “voto blanco”. Pero hay elementos para dudar de un abrazo genuino a la demanda ciudadana para quebrar el monopolio de los partidos sobre el proceso electoral. Por ejemplo, siguen regañando a los electores que consideran anular su voto sin reconocer que esta campaña nace de un rechazo a partidos y candidatos. También siguen lejos de un compromiso para que la próxima Legislatura le entre al tema de las candidaturas independientes o el recorte al millonario financiamiento público de los partidos. Apenas si se han pronunciado por la reducción del número de diputados o de sus sueldos, pero esos temas ya tienen tiempo en la mesa y nunca ha pasado nada porque mientras se trate de “chupar” dinero del pueblo sin hacer nada, mientras más, mejor.
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La definición del próximo contrato del servicio de limpieza, donde la principal queja de los regidores contra el alcalde José Ángel Pérez es que no los pela, cimentó la deserción de los ediles panistas de la línea marcada por don José Ángel. Nuestros subagentes en la Presidencia Municipal reportan que después de que cinco regidores panistas le alargaron el proceso de licitación del nuevo contrato, con el efecto práctico de heredarlo a la siguiente Administración, don José Ángel juntó a los regidores de su partido, pero en lugar de buscar un arreglo con ellos, les metió una regañada porque le siguieron el juego a los del PRI, que tenían como objetivo aplazar la decisión hasta que un tricolor se siente en la silla principal del edificio de la Matamoros. El Alcalde les dijo a los blanquiazules que la decisión de licitar el servicio antes de julio ya estaba tomada y que ellos debían seguir su línea porque ya estaba todo listo para el concurso y ellos nomás metieron el desorden. El regaño enfureció a los panistas y los que seguían apoyando al Alcalde dejaron de hacerlo, de modo que ahora don José Ángel ya perdió a nueve de los diez. Incluso aquellos que le han sido más fieles, como Pedro Ávila o Iván García Colmenero, le reclamaron la falta de información sobre el proceso y el hecho de que el secretario del Ayuntamiento, Gerardo Puente, nunca “rebotó” el plan con el Cabildo. La reunión se puso tensa y los panistas se montaron en su plan de alargar la licitación hasta julio, lo que obligaría a extender el contrato de PASA, que vence el cuatro de agosto, porque no habría ganador para esa fecha. En el PRI brincan de contentos porque ahora podrán seguir fielmente la línea marcada desde la peronera capital de meterle ruido al proceso durante las elecciones y abrir la posibilidad para la municipalización de la limpieza. Hasta ahora, PASA parece dispuesta a que se extienda el contrato mientras se soluciona el batidero, que deja mal sabor de boca porque había tiempo de sobra para hacer las cosas bien, y no se hicieron.
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Después de años en el olvido, el tema de las guarderías de repente se puso de moda, tras el incendio de Hermosillo que dejó 46 niños muertos. Pero lo que sorprende es la falta de una política unificada del IMSS para meter en cintura a los prestadores de este servicio. Mientras que en Coahuila el delegado José Luis Dávila se puso duro y dio a los 72 subrogatarios del Estado cinco días para preparar sus instalaciones con rutas de evacuación y otras medidas de seguridad, en Durango se han hecho patos. Fue el caso de Gómez Palacio, donde dos guarderías mandaron por un tubo a la dirección de Protección Civil municipal que ordenó su reubicación fuera del Parque Industrial Lagunero, donde parece que de repente descubrieron que corrían peligro. Luego de una semana, ni las guarderías ni el IMSS se han dado por enteradas, por lo que llama la atención la falta de coherencia que hay en el cuidado de la seguridad. Claro que en Coahuila faltará comprobar si la advertencia del delegado del IMSS es cumplida o si la toman como llamada a misa, que en este país de folletín es lo más probable.
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Para reforzar los lazos de fraternidad y cooperación entre los pueblos hermanos de Cuba y Coahuila, el “Gobierno de la Gente” se ofreció gustoso a promover entre el gremio periodístico un curso de periodismo ofrecido por el Instituto José Martí. Hasta ahora se han apuntado una decena de comunicadores coahuilenses, aunque no está claro si van a asolearse a las playas cubanas o a aprender algo de periodismo (¿usted qué cree?) Sobre todo del periodismo al estilo Granma o Juventud Rebelde, que tanto le gusta a los comandantes Fidel y Raúl y que probablemente quisieran ver en Coahuila los “comandantes” Humberto y Rubén. ¿Será?
