Los militantes priistas y los aspirinos a la alcaldía de Torreón ya se muerden las uñas esperando los resultados de la última encuesta encargada por el hermano cómodo y jefe tricolor, Rubén Moreira, para basar la selección del candidato a la alcaldía. Nuestros subagentes comentan que el sondeo fue encargado al despacho de María de las Heras y medirá no sólo el nivel de conocimiento de los aspirinos sino también las opiniones positivas o negativas sobre ellos, así como contiendas hipotéticas con los nombres que flotan en el PAN. La cúpula tricolor (léase don Rubén y el gober Humberto Moreira) esperan designar al "gallo" la próxima semana para ungirlo como "candidato de unidad" y lanzarlo a que participe sólo en la elección interna, lo cual es igual de emocionante que jugar tenis contra una pared.
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En aras de la unidad, se descarta que más de uno vaya a pedir licencia a su cargo para entrarle a la faramalla del proceso interno. Los nombres de los vicegobernadores Eduardo Olmos y Antonio Juan Marcos se mantienen, aunque en algunos círculos se ha insistido tanto en que el presidente del PRI municipal, Salvador Hernández Vélez, es el elegido que don Chava tuvo que autodescartarse, aunque en la cultura política mexicana, a veces el “no” realmente significa que “sí”. Mientras tanto, el delegado del comité estatal del PRI, Gabriel Calvillo, tiene que lidiar con las decenas de aspirantes a las regidurías (con eso de que la crisis está dura, hay que agarrar hueso). Pero el trabajo es más ingrato ahora que la reforma electoral redujo el número de plazas de 11 a nueve y el propio partido está obligado a cubrir cuotas de género y edad. El proceso no estará exento de conflictos, pero los tricolores esperan una “cargada” unificada para ganar la alcaldía por primera vez en 10 años.
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Del lado del PAN, la contienda interna se decantó por los nombres del diputado Jesús de León y el vicealcalde Rodolfo Walss. Desde la peronera capital, donde anduvo con el candidato a presidente nacional del PAN, César Nava, el senador y primer compadre, Guillermo Anaya, ya destapó a don Chuy, quien también anduvo pegado con el próximo dirigente panista. El problema es que el método de selección de candidato será una elección entre miembros activos y aquí es donde el alcalde José Ángel Pérez lleva la mano, pues durante su administración la nómina municipal ha sido el principal instrumento de afiliación de nuevos panistas. Nuestros subagentes reportan que don Chuy no estaba muy seguro de querer lanzarse, habiendo visto el desplome del PAN en la preferencia electoral. Sin embargo, en otro rasgo de la vieja cultura política mexicana, don Chuy tendría que disciplinarse a los dictados del partido si quiere prolongar su carrera política. Al fin y al cabo, si pierde podría esperarlo una delegación federal, que al cabo pronto habría de dónde escoger, pues se dice que los panistas preparan una purga de los delegados que no pudieron apuntalar al partido en las pasadas elecciones.
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Luego de la “limpia” de 302 policías municipales, el alcalde José Ángel Pérez y el director de Seguridad Pública, Karlo Castillo, contaban con el grupo de 90 cadetes que entraron a adiestramiento para que reforzaran el diezmado cuerpo operativo de la policía municipal. Pero he aquí que de los 90 que tenían, nada más quedan 56. Según nuestros subagentes disfrazados de instructores, los 34 que desertaron no lo hicieron por temor o porque no toleran la disciplina, sino por lo que califican como malos tratos y prepotencia de Víctor Severo Ortiz, el director del Instituto Superior de Estudios de Seguridad Pública del Estado, donde se entrenan los futuros policías. Por acuerdo del Municipio con el Estado, se acordó que el Instituto ubicado en el ejido San Miguel sería el encargado de la capacitación de los policías, pero resulta que las instalaciones dejan mucho que desear y en algunas ocasiones, los cadetes no han tenido ni siquiera agua para beber. De nada ha servido quejarse con la dirección del Instituto, por lo que, reportan los subagentes, don Karlo tiene que acudir regularmente a San Miguel a llevarle a los cadetes agua o lo que les falte. El curso de adiestramiento lleva dos meses y todavía faltan cuatro más, de modo que si antes de la mitad del periodo o la deserción ya es del 40 por ciento, es de esperar que apenas un puñado se vaya a graduar.
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Interesante encerrona tienen estos días los diputados electos del PRI en Coahuila, quienes se congregaron en la peronera capital para un cursillo sobre cómo ser diputado. El curso sirvió para que el jefazo del PRI, Rubén Moreira, empiece a preparar la agenda legislativa que llevará a San Lázaro a partir del primero de septiembre y los flamantes curulecos contaron con la presencia de ex diputados tricolores que fueron a enseñarles las formas más cómodas de levantar el dedo. Hoy los instructores serán el presidente del PRI en Torreón, Salvador Hernández Vélez, el secretario general del tricolor en el Estado, José Luis “El Chapo” Flores Méndez, y el vicegobernador Eduardo Olmos. Las experiencias de los ex diputados en sus respectivas legislaturas resultan interesantes. Nuestros subagentes recuerdan que el “Chapo” Flores Méndez y don Salvador fueron parte de la primera legislatura del sexenio de Ernesto Zedillo (1994-97), que fue la última en que el PRI tuvo mayoría absoluta y a la que se recuerda principalmente por el aumento del IVA del 10 al 15 por ciento para enfrentar el “error de diciembre”, hazaña legislativa inmortalizada por la “roqueseñal” del paisano Humberto Roque. La experiencia de don Lalo fue distinta, pues la legislatura a la que perteneció (la segunda del sexenio de Vicente Fox, entre 2003 y 2006) se distinguió por no haber hecho absolutamente nada de reformas estructurales como la energética, la laboral o la fiscal, aun cuando de todos lados clamaban la urgencia de que el Congreso se pusiera las pilas. De hecho, la bancada a la que perteneció don Lalo se distinguió sólo por haber pateado a Elba Esther Gordillo de la coordinación del PRI, un error que pagaron caro en la elección presidencial. Con esta experiencia a cuestas, no sorprendería si la temática del curso fuera cómo darle en la torre al pueblo y cobrar sin hacer nada.
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Las aspiraciones del ex alcalde y Embajador en España, Jorge Zermeño, para dirigir el PAN nacional quedaron como globo desinflado luego de que no recibió ningún indicio para que se lanzara a la contienda. Nuestros subagentes reportan que don Jorge fue “cilindreado” por figuras panistas como Santiago Creel, Juan José Rodríguez Prats y Ricardo García Cervantes, quienes lo animaron a que se lanzara. Pero don Jorge, siguiendo una conocida táctica priista de esperar el dedazo, probablemente pensó que no era buena idea dejarse llevar por los ánimos de un grupo afín al ex Presidente Vicente Fox, cuando en Los Pinos el Presidente Felipe Calderón impulsaba a su cuate César Nava. Es decir, don Jorge prefirió aguantarse el impulso de “kamikaze” y esperar a ver si hay alguna chamba en el gabinete.