Todavía no arranca la campaña para la elección de octubre y el alcalde José Ángel Pérez ya "cantó" el resultado de su sucesión, en un pronóstico nada halagüeño para su partido. Nuestros subagentes infiltrados en la presentación del libro del ex procurador Antonio Lozano Gracia reportan que, tras el evento, don José Ángel se lamentaba ante el propio don Antonio y varios panistas de la localidad que el PRI había golpeado al PAN en Torreón por dos a uno en las elecciones locales del año pasado y las federales de julio, y que por lo mismo el tricolor les recetaría ese resultado el 18 de octubre. Se comenta que la sorpresa se apoderó de quienes escucharon el comentario, pues apenas hace unos días los panistas se habían jurado unidad y trabajo para ganar la elección.
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En la conversación se encontraba el ex secretario general del PAN y ex senador Juan Antonio García Villa, el director municipal de Atención Ciudadana, Iván Chávez Lastra, y la directora municipal de Cultura, Gabriela Nava, entre otros. Por ahí rondaba el candidato a tercer regidor, Rodolfo Walss, pero al parecer no escuchó el pronóstico sobre el futuro que le depara al suspirante Jesús de León y su planilla, según don José Ángel. Para abundar, el Alcalde culpó no sólo al Gobierno Estatal, sino también al Federal de la mala fortuna de su partido, pero no hizo ninguna referencia a la responsabilidad que podría tener su propia Administración, que deja al Municipio con las finanzas deshechas y con un deterioro sensible en los servicios públicos. El ex Procurador respondió con generalidades sobre aquella noble intención de los panistas de “ganar el poder sin perder el partido” aunque, como dicen varios blanquiazules, el problema es que el partido está perdido y parece que también van a perder el poder. Es posible que don José Ángel haya basado su pronóstico en una encuesta que realizó el Gabinete de Comunicación Estratégica en la Ciudad de México. Uno de los directores de la firma es el cuñado del alcalde, Federico Berrueto, quien, se dice por ahí, no le cobró la encuesta por puro afecto fraterno.
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El comentario del alcalde de dar por muerto al PAN, seguramente hará las delicias en el Comité Municipal del PRI, donde el jefazo Salvador Hernández Vélez y el delegado del Comité Estatal, Gabriel Calvillo, supervisados por el hermano cómodo Rubén Moreira, ya casi terminan la integración de la planilla que encabezará Eduardo Olmos. Aunque la forma final no se va a saber hasta el día del registro, el 4 de septiembre, nuestros subagentes anticipan que hay una mezcla de jóvenes y dinosaurios, con las debidas cuotas pagadas a los sectores. Entre los jóvenes está José Ganem, quien ha hecho mucha talacha dentro del partido y se quedó con ganas de ser diputado el año pasado. Entre los dinosaurios se volaron la barda con la inclusión de José Reyes Blanco, veterano líder estatal de la Confederación Regional Obrera Mexicana, cuya imagen corresponde más al viejo PRI que, según dicen, se quiere renovar. Entre las cuotas, se cubrieron dos para el sindicato de maestros, una para la Sección 35 que cubrirá Blanca Maltos y otra para la Sección 38, aunque todavía no se define quién. También habrá una posición para la CTM que a estas alturas sólo puede ofrecer líderes dinosáuricos de la primera época en que aparecieron en el mundo, y además poco efectivos, pero que todavía tienen las mañas para colarse en una planilla. La sindicatura sería ocupada por la ex candidata a diputada federal Lucrecia Martínez, que se quedó picada por subirse al tablado. La primera regiduría será para Rodrigo Fuentes, operador de don Lalo, con lo que se elimina la cuota que tradicionalmente tenía la Cámara de Comercio para esa posición. Sin embargo, los “canacos” no cejan en su intento por poner a un candidato a regidor e impulsan a su actual presidente, Félix Pérez Murillo. La propuesta no llegó a ningún lado con la dirigencia del PRI, donde consideran que la Cámara ha perdido liderazgo y ven a don Félix muy obsequioso con la actual Administración municipal, sobre todo en la remodelación del Centro Histórico. Mientras tanto, don Lalo sigue “en capilla”, esperando que le manden la lista final y hasta donde se sabe no ha metido las manos en el proceso porque anda muy ocupado con sus clases en la Facultad de Ciencias Políticas y no acepta distracciones, además de que está conectado en “línea directa” con el hermano cómodo que es el que dice cómo.
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Llama la atención que los últimos dos secuestros de los que se ha tenido noticia en Torreón por la liberación de las víctimas no fueron resueltos por la instancia encargada de combatir ese delito: la Fiscalía General del Estado. En uno de los casos, fue el secuestrado el que logró escapar a sus captores, a uno de los cuales capturaron luego de que se pidiera ayuda al Ejército. En otro caso, fueron soldados los que liberaron a dos personas que estaban cautivas en una casa del oriente de la ciudad a raíz de una denuncia hecha al propio instituto armado. El hecho de que hayan aumentado las denuncias por secuestro hechas ante el Ejército, que técnicamente no está a cargo del problema, es una muestra más de la falta de confianza en las autoridades locales. A un año de que el Acuerdo Nacional para la Seguridad estableciera el compromiso de los estados para crear unidades antisecuestros, en Coahuila todavía se espera la activación del grupo que se anunció hace un año y cuyo entrenamiento no parece terminar, pues desde hace tres meses las autoridades han dicho que ya va a estar lista. Mientras tanto, el secuestro y la impunidad siguen tan campantes.
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Donde también fallaron es en Durango, cuyo Gobierno Estatal no avanzó en la creación de un grupo antisecuestros y donde, es bien sabido, el crimen organizado opera a sus anchas. Mientras que la mayoría de la atención se enfoca en la parte suroeste del Estado, el “Triángulo Dorado” y los límites con Chihuahua y Sinaloa, un foco rojo se prendió en Cuencamé, donde los secuestros se dan por docena y la población vive atemorizada por grupos criminales establecidos en el municipio. Al parecer el gober Ismael Hernández Deras no está muy enterado del asunto, pues ante las denuncias presentadas en la Procuraduría estatal que comanda Daniel Garza Leal, la respuesta es que como Cuencamé está cerca de Zacatecas, pues no es precisamente problema de Durango. Eso a lo mejor explica por qué la violencia se desató en Gómez Palacio: como está cerquita de Coahuila, pues tampoco es su problema. ¡Ah cómo son ocurrentes en Durango!
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Nunca ha sorprendido que las autoridades tiren el dinero del pueblo a lo bestia, pero en esta época de recortes uno pensaría que al menos tendrían más cuidado. No es el caso de la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en Coahuila, que se aventó una obra de pintado de carriles en la carretera San Pedro-Cuatrociénegas, sólo para que semanas después el Gobierno del Estado arrancara obras de pavimentación sobre el tramo recién pintado, desapareciendo el trabajo que ya se había hecho y que ahora tendrán que volver a hacer. La falta de comunicación entre el Centro SCT y la Secretaría de Obras Públicas de Coahuila nunca ha sido ningún secreto, pero ya llega a extremos ridículos. Todo esto mientras se comenta que el recorte de recursos federales para Coahuila en 2010 será de dos mil millones de pesillos, con lo que es claro que los centavos que queden tendrán que usarse con cuidado.
