Los aplazamientos que ha dado un juez federal a la demanda de amparo que Promotora Ambiental (PASA) presentó contra el Municipio para frenar la licitación del servicio de limpieza parecen surtir el efecto deseado para la empresa que comanda Alberto Garza Santos. El litigio ha logrado comerse el tiempo para que el Municipio licite el servicio y ahora todo apunta a que, para no heredar el problema, el Cabildo le va a otorgar a PASA una renovación por otros 15 años. Nuestros subagentes comentan que el acuerdo será similar al que don Alberto planteó al alcalde José Ángel Pérez para renovar el contrato a cambio de un descuento en la tarifa. Se comenta que una licitación ya fue descartada por tener el tiempo encima. Para amarrar el trato, don Alberto también estaría moviendo algunos hilos en la peronera capital para que el Congreso del Estado apruebe el nuevo contrato, toda vez que rebasa el periodo de la actual administración.
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Cualquier trato depende de que PASA se desista de la demanda, pues mientras ésta se mantenga en el Juzgado de Distrito, toda acción del Municipio sobre el servicio de limpieza está congelada. Por ahora la negociación continúa, aunque no está claro todavía cómo quedaría la tarifa, ni la situación del relleno sanitario o el beneficio financiero para el Municipio con los bonos de carbono por energía generada en el mismo. Sin embargo, los subagentes en la Presidencia Municipal comentan que el hecho de que el tema de PASA haya desaparecido de la agenda pública es una señal de que pronto habrá un acuerdo.
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Como anda sin quehacer mientras arranca su campaña, el aspirino del PRI a la presidencia municipal, Eduardo Olmos, tuvo una encerrona el miércoles con ex alcaldes tricolores para darle calorcito a la vieja guardia y que no se sienta tan descuidada. Nuestros subagentes reportaron la presencia de Braulio Fernández Aguirre, el “bien peinado” Carlos Román Cepeda, Heriberto Ramos Salas y Salomón Juan Marcos, así como los ex dirigentes municipales del partido. Los ex alcaldes acompañaron ayer a don Lalo a registrar su candidatura, pero un día antes le habían pasado algunos “tips” a ver si les hacen caso. Un punto interesante fue que algunos hicieron notar la ausencia de “ipecos” en la planilla que presentó el PRI y aseguraron que eso le quita representatividad al cabildo que pretende formar don Lalo, quien registró ayer su candidatura. La planilla cumplió fielmente las cuotas a los sectores obrero, campesino, popular y magisterial, pero sí se vio la ausencia de un representante del ramo empresarial. Al parecer la dirigencia priista ya no tuvo dónde acomodar a toda la avalancha de aspirantes a una regiduría. Otro comentario que surgió en la plática es que se ha cimentado la percepción de que el PRI la tiene fácil en esta elección, a juzgar por las encuestas, pero que el partido no se debe confiar. Los ex alcaldes coincidieron en que si bien la maquinaria del PRI parece bien aceitada, la próxima elección es distinta a la de diputados y cuenta con más participación de la sociedad sin filiación partidista, que pone mayor escrutinio sobre el candidato y más énfasis en propuestas concretas. Algunos señalaron que una percepción de que el PRI la tiene ganada podría presentarle dificultades al partido si eso acicatea a los panistas para recuperar los votos perdidos.
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Sin embargo, a juzgar por la situación al interior del PAN, el tricolor no tendría mucho de qué preocuparse. El suspirante blanquiazul, Jesús de León, tuvo que posponer su registro porque se le apareció un militante inconforme que impugnó el proceso de selección y el ex candidato a diputado, Néstor Villarreal, también armó borlote porque lo dejaron fuera de la planilla. Lo curioso es que todo esto ocurrió al cuarto para las doce, dos semanas después de la presentación de los candidatos. Incluso al mismo tiempo que el PAN decidió posponer el registro, el jefazo municipal Manuel Villegas andaba lanzando la idea de formar una coalición con el Partido Nueva Alianza, Convergencia o la Unión Democrática Coahuilense. Es decir, con la fecha del registro encima, el partido todavía consideraba armar una coalición sin decir “agua va”. Al final, el PAN se alió con la UDC y así se registró don Chuy, pero la incapacidad para corregir la desorganización adentro del partido se suma a los problemas que enfrenta para mantener el gobierno de la ciudad. Buenas noticias para el PRI.
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Y hablando de alianzas, el que ya soltó el cuerpo y respiró tranquilo es el suspirante del PRI a la alcaldía de San Pedro, Jorge Abdala. Resulta que don Jorge estuvo a punto de lograr la proeza de unir a todos, pero contra él, con la alianza que tramaban partidos tan disímbolos como el PAN, el PRD, Nueva Alianza, el PT, el Verde y la Unión Democrática Coahuilense. La unión parecía una locura, sobre todo del PAN con sus némesis de la izquierda especialmente PT y Convergencia, los membretes del “Peje” López Obrador. Pero al parecer a don Jorge lo quieren tanto en San Pedro que la mitad del pueblo se organizó para lanzar de candidato al ex director de Obras Públicas, Armando Sifuentes, primo del “burbujo” Raúl Sifuentes que tanto dio que hablar. Sin embargo, la unidad duró menos de 48 horas desde que las dirigencias partidistas anunciaron la alianza, al momento en que se desmoronó y cada partido jaló por su lado. El PAN y el PRD ya tenían candidatos escogidos, que estuvieron dispuestos a sacrificar para darle paso a don Armando, pero viendo cómo se les cayó la alianza, Álvaro Sánchez Garza fue postulado por el PAN y José Santos Navarro por el PRD. La candidatura de este último generó rechazo en el partido, donde varias tribus empujaron la idea de la coalición al considerar que don José se había aprovechado de su puesto como dirigente estatal para agenciarse la candidatura, además de que algunas malas lenguas dicen que ya estaba “arreglado” por el candidato del PRI. En cuanto a don Armando, se quedó como el “perro de las dos tortas” y sólo el Partido Social Demócrata se apuntaba para postularlo, pero la respuesta fue que no, gracias. Ante esto, don Jorge vio cómo se esfumó la única oposición seria que pudo haber tenido y ya se ve sentado en la silla firmando la sagrada nómina. Nuestros subagentes dicen que ya anda preparando ajustes de cuentas con algunos que le caen mal. ¿Será?
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La creación del Grupo Especial de Reacción Inmediata de la Fiscalía General de Coahuila era un hecho largamente esperado en la lucha contra el secuestro, pero eso va a estar difícil si el flamante grupo va a operar desde Saltillo, a tres horas de distancia, por lo que el asunto de la reacción inmediata como que no checa. En algunos círculos “ipecos” no se explican cómo fue la decisión de basar el grupo en la peronera capital cuando La Laguna concentra la mitad de los secuestros ocurridos en Coahuila durante el año y más de la mitad de los cometidos el año pasado. Nuestros subagentes reportan que los muchachos del Fiscal Jesús Torres Charles apenas andan buscando un terreno para construir la sede de un destacamento en Torreón, pero lo curioso es que esto no haya empezado desde hace un año, cuando empezó la selección y capacitación de los 64 “superpolicías” que según esto integran el GERI. Sin duda la sustitución del antiguo “Grupo Especial” era algo positivo, luego de que dos de sus titulares, Enrique Ruiz Arévalo y Gerardo Valdés Segura, fueron asesinados el grupo perdió efectividad. Pero el anuncio de que la nueva fuerza policiaca que iba a encargarse del problema no tendría presencia en La Laguna desconcertó a más de uno. El pesimismo fue abonado pocos días después de la activación del GERI, cuando se tardaron 45 minutos en llegar al lugar donde el jefe de la Policía de Ramos Arizpe fue atacado por un comando armado y tuvo que resistir la balacera con unos cuantos escoltas sin que llegaran los refuerzos. Si esa es la reacción inmediata en la zona conurbada de Saltillo, ¿qué se puede esperar en La Laguna?
