En el cierre de las elecciones para la Presidencia Municipal de Torreón, nuestros subagentes han detectado un creciente número de votantes indecisos. Pero no hay que confundirlo con una señal de avance democrático, pues estos electores aún no definen su voto porque no han decidido si toman la despensa que dicen que les va a regalar el PRI, o los quinientos pesos que dicen que les va a dar el PAN. Así las cosas, las campañas cierran como siempre, usando más el músculo político que la cabeza para ofrecer la mejor opción. Operadores de ambos partidos andan desatados haciendo sus travesuras, luego de los cierres de campaña de los candidatos Eduardo Olmos ("El Cololalo") Jesús de León (y de la Gente), que por cierto, se distinguieron por los contrastes.
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Don Lalo evitó cerrar con un acto masivo y optó por cierres pequeños en colonias, quizá porque el megaevento con la jefaza del PRI, Beatriz Paredes ya había puesto en evidencia la efectividad del acarreo tricolor y otro hubiera sido demasiado. En cambio, don Chuy prefirió dar un campanazo con acto en grande donde demostró que los panistas le han aprendido bien a los del PRI las artes del acarreo. Además, don Chuy intensificó su campaña de dar vales canjeables por promesas de campaña, como el de ofrecer computadoras a estudiantes aplicados y hasta un “Bonobus” para el transporte público con valor de cien pesos, con la condición, claro, de que gane mañana. Por cierto, nuestros subagentes en el cierre de campaña del panista comentan que el alcalde José Ángel Pérez se apareció con la intención de subirse al estrado con el candidato sólo para toparse con el rechazo del equipo de campaña que se lo impidió. Y es que justo esa misma tarde del martes, el PRI había presentado una denuncia contra el PAN por proselitismo de funcionarios, así que andaban muy cuidadosos de las formas. Además de que en el círculo cercano a don Chuy han visto la imagen del alcalde como una carga negativa y no querían exponerse.
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Nuestros subagentes reportan que otros que andan muy movidos son los policías estatales, que en las últimas elecciones han sido usados para hacer rondines que no necesariamente buscan garantizar la seguridad en la jornada, sino intimidar a los votantes no priistas. Por ahí se comenta que los muchachos del Fiscal Jesús Torres Charles ya andan haciendo travesuras en varias colonias de Torreón, particularmente en el norte, como Jacarandas y Alamedas, y en el sur, como Zaragoza y Las Luisas. Los subagentes reportan que operadores panistas recientemente fueron intimidados en Jacarandas cuando hacían campaña. Como se recordará, los polis estatales tuvieron un papel estelar en las elecciones de diputados locales hace un año, cuando desataron una balacera en Torreón Jardín persiguiendo a unos panistas hasta la sede del partido. Claro que si los policías estatales tuvieran la misma eficiencia en el combate al crimen que la que tienen como operadores electorales, otro gallo nos cantaba. Ojalá que don Jesús amarre bien a su gente para que no haya broncas.
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Los que no respetaron los cierres de campaña son los simpatizantes de los candidatos entrenados en las artes de la Internet. En los últimos días se han intensificado los correos electrónicos sacando trapitos al sol de los suspirantes o sus círculos cercanos. En el caso del PAN, la denuncia contra el ex diputado local José Máynez Varela ha dado munición a los operadores priistas. Del otro lado, surca el ciberespacio un correo detallando la influencia de cuadros otrora apadrinados por el ex secretario de Gobierno, Raúl Sifuentes, que ahora trabajan para la campaña de Eduardo Olmos y ya saborean los huesos que les van a tocar. Es evidente que ese tipo de campañas llegaron para quedarse y divertir al sufrido pueblo, al menos a aquel que ya le hizo justicia la Revolución y tiene computadora.
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Los que de plano no se midieron son el alcalde de Gómez Palacio, Mario Calderón, y los regidores del PRI en el Ayuntamiento, que con una mano en la cintura explotaron la deuda de ese municipio a más de quinientos millones de pesillos, o sea, más de la mitad de su presupuesto anual. Si algo había presumido en sus épocas de alcalde el flamante diputado Ricardo Rebollo, es que había elevado la recaudación y proyectado un presupuesto de casi mil doscientos millones de pesos, casi igual al de Torreón; ahora resulta que las finanzas municipales están deshechas. La recaudación no fue la esperada, por lo que varios proyectos tuvieron que desecharse y el dinero que se tenía se gastó sin supervisión, de manera que ahora enfrentan un boquete financiero. Los regidores gomezpalatinos aprobaron una solicitud de crédito que con todo e intereses asciende a trescientos noventa y cuatro millones, cuando el Ayuntamiento debe todavía ciento ocho millones en otros préstamos. Todo esto mientras el alcalde Mario Calderón y el tesorero Luis Cantú se han pasado por el “Arco del Triunfo” las demandas de la oposición para que expliquen a dónde se ha ido el dinero gastado y a dónde se irá el que quieren pedir prestado. Como el concepto de rendición de cuentas es algo novedoso para las autoridades gomezpalatinas, el manejo de los dineros sigue en lo oscurito haciendo felices a los más “vivitos”. Se espera que el Congreso de Durango apruebe el crédito, a menos que el gober Ismael Hernández Deras exija primero explicaciones, pero como la rendición de cuentas también es novedosa para él y le da pánico, eso se ve difícil. Y como en Durango el año que entra es “Año de Hidalgo”, a ver si no se les ocurre pedir otro crédito para cumplir con la tradición.
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Nuestros subagentes en el Simas reportan que los altos funcionarios de la paramunicipal ya recularon (así se dice) en la intención de solicitar amparos para que no los corra la próxima administración municipal. Esto luego del rechazo generalizado, desde el alcalde José Ángel Pérez hasta los miembros del Consejo Directivo. A pesar de que varios gerentes niegan haber participado en las reuniones para tramar la estrategia legal, tales encuentros fueron confirmados por otras fuentes que habían estado ahí. Al parecer la intención de los funcionarios era negociar buenas liquidaciones con el gobierno entrante, pero la estrategia les falló. El gerente general Alberto Díaz de León dice que ya prepara la entrega del changarro, mientras que otros subordinados dijeron que mejor ni le entraban, como el gerente técnico, Luis Horacio Salmón, quien dijo que eso iba contra su “formación moral” y ahora se dedica a conseguir chamba porque parece ser que sus intentos de acomodarse en la próxima administración no rindieron frutos. Sin embargo, otros empleados del Municipio siguen preocupados por la liquidación que recibirán. Los subagentes reportan que el director de Patrimonio Municipal Roberto Carlos Medrano y el ex vicealcalde y candidato a regidor, Rodolfo Walss, los han aconsejado sobre su situación, aunque sin sugerirles una estrategia legal. Todo esto, aclaran, durante su tiempo libre para que nadie diga nada.
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Al que se le puso la cara más roja que la propaganda de Eduardo Olmos fue al jefazo del PRI y hermano cómodo Rubén Moreira, cuando el capo (perdón, líder) de los senadores priistas, Manlio Fabio Beltrones, lo cubrió de elogios. Obviamente para don Rubén significa una bendición que le permite avanzar de la Cámara de Diputados a cosas mayores. Por lo pronto, el curuleco se ha colado en media docena de comisiones para ser ajonjolí de todos los moles en San Lázaro. Pasada la elección, don Rubén pondrá la vista en la siguiente meta que, dicen por ahí, es el Palacio Rosa de Saltillo. Como en los tiempos de la monarquía.