Mientras encuentra un lápiz para "palomear" los nombres de los afortunados que van a empezar a cobrar en la sagrada nómina a partir de enero, el alcalde Eduardo Olmos se ha encerrado con sus asesores cercanos a fraguar un plan para darle una hojalateada a la administración municipal. Nuestros subagentes reportan que don Lalo trae la lupa sobre el organigrama para encontrar áreas que puedan dejar de existir sin que nadie las extrañe o que puedan ser fusionadas en nuevos departamentos. Por ejemplo, se considera seriamente desaparecer la dirección de Desarrollo Urbano para integrarla al área de Ecología, siguiendo el modelo del "Gobierno de la Gente" (al que debe su felicidad), que tiene las tareas de urbanismo dentro de la Secretaría de Medio Ambiente.
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También se han detectado direcciones que podrían desaparecer, como la de Inversión Pública, que nadie sabe para qué sirve (a lo mejor como “aeropuerto”) o la de Planeación, que ocupó en su momento el vicealcalde Rodolfo Walss. Al parecer ambas direcciones se empalman pues se dedican a darle seguimiento a proyectos, aunque no se sabe a cuáles. También se pretende quitarle al área de Informática el rango de dirección general e incorporarla a otro departamento. Mientras esto sucede, don Lalo no aparenta tener ninguna prisa para designar a su equipo de trabajo y algunos de los miembros de su “burbuja” empiezan a ponerse ansiosos porque no saben dónde van a terminar y ya tienen la pluma fuente en la mano. Por otra parte, nuestros subagentes en la vicegubernatura de Desarrollo Regional reportan que decenas de funcionarios están a punto de salir debido al recorte de nómina programado por el Gobierno Estatal, pero éstos encontrarán acomodo en la Presidencia Municipal a partir de enero, de modo que no pasarán a vivir en el error.
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El conflicto por la renovación del contrato de limpieza en Torreón sigue dando tela para cortar, con eso de que el alcalde José Ángel Pérez no halla cómo salir del embrollo en que lo metieron sus colaboradores. En los pasillos de la Presidencia Municipal se comenta que cada vez toma más fuerza la versión de que será necesaria una mayoría calificada (dos terceras partes) del Cabildo para que a PASA se le otorgue la extensión del contrato por 15 años. Tanto el secretario del Ayuntamiento, Gerardo Puente, como el director jurídico, Carlos Gregorio Ramírez, aseguran que de no seguir esta ruta e insistir en seguir adelante con un acuerdo sacado por mayoría simple expondría al alcalde, a los regidores y funcionarios a riesgos legales. Pero en este lío, nuestros subagentes han detectado algunas paradojas, cuya solución contiene las claves para adivinar el futuro del servicio de limpieza. Por un lado, don José Ángel insiste que quiere resolver rápido el asunto porque no quiere heredarlo a la próxima Administración, aunque las pifias de sus colaboradores y su insistencia en dar por válido un acuerdo de mayoría simple del Cabildo, han asegurado que esto es prácticamente imposible y que la bronca va a durar varios meses más. Por otra parte, son los regidores priistas los que se han encargado de que el asunto de la limpieza se resuelva en la Administración de Eduardo Olmos, por su negativa a aportar los votos necesarios para la mayoría calificada que extienda el contrato de PASA. Así las cosas, lo más probable es que sea don Lalo el que deshaga ese embrollo, con el consiguiente beneficio que eso pudiera reportar a los que hayan hecho un arreglo “en lo oscurito”. Como dijo un personaje que ha seguido de cerca el proceso: “el asunto de la basura es una basura”.
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Nuestros subagentes en el Gobierno del Estado reportan que algunos “funcionarios de la gente” no están muy contentos con el hecho de tener que aventarse el viaje hasta Hidalgo, Coahuila, uno de los municipios más remotos del Estado, para asistir hoy al cuarto informe del gober Humberto Moreira. Resulta que a don Humberto se le ocurrió la peregrina idea de llevarse el evento a ese municipio, quizá en agradecimiento por ser el lugar donde el PRI ganó la alcaldía desde antes de las elecciones, ante la ausencia de otros candidatos. El caso es que la clase política coahuilense se apersonará en el pequeño municipio en la frontera con Texas para el evento deliciosamente populista. De perdido si hubiera “shopping” del otro lado se justificaría el viaje, pero no hay nada, aunque no se descarta que alguien diera el brinco a Laredo para aprovechar. El que probablemente no acudirá será la nueva estrella del “Gobierno de la Gente”, el actor Ernesto Laguardia, quien ya aparece hasta en la sopa por los promocionales en donde ofrece dar “un norte”, lo que sea que eso signifique. Las páginas de espectáculos nos traen la noticia de que don Ernesto se reporta enfermo, quién sabe qué le darían de comer en Saltillo, a lo mejor lo atiborraron de pan de pulque y lo pusieron “directo”.
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Balconeados en su intención de darse un bono, los “productivos” regidores de Gómez Palacio (son capaces de despachar sus asuntos en sesiones de menos de cinco minutos) no saben para dónde hacerse. Ante la revelación de que fraguaban un plan para usar parte del crédito de 252 millones de pesillos que el Municipio pretende pedir para asignarse un bono de 250 mil pesos por cabeza, los ediles negaron que existiera tal intención, aunque no desecharon de manera tajante y definitiva la idea. Varios incluso tuvieron el descaro de decir que si les dan el bono, pues lo aceptarán porque la crisis está de la patada y ellos se han sacrificado por servir al sufrido pueblo. El alcalde Mario Calderón rechazó que hubiera tal intención y dejó claro su desacuerdo, aunque nuestros subagentes reportan que ignoró la sugerencia de hacer un pronunciamiento definitivo contra el bono en sesión de Cabildo. Habrá que estar pendientes, no vaya a ser que los ediles quieran colar el bono en el destino del crédito sin que nadie se dé cuenta. Dicen los subagentes, lo que ellos llaman “bono de productividad” (¿cuál?) en realidad es para varios regidores un “bono de marcha” que les ayude en aspiraciones futuras. Y es que algunos miembros del Cabildo tienen la intención de brincar a candidaturas a diputados locales por lo que deben dejar los cargos en febrero del año próximo, y esta sería la última oportunidad de hincarle el diente al erario. Entre ellos están los priistas Raúl Antonio Meraz, Carlos Sonora, Marcos Gómez, Sergio Uribe, Pedro Luna y Anavel Fernández, aunque se ve difícil que todos alcancen. De los panistas, los que traen el ojo puesto en el Congreso local son Jorge Calero, Carmen Ávalos y Nereida Marmolejo, que es tan productiva que el Cabildo tuvo que cambiar su reglamento para que no le castigaran sus múltiples faltas. Así las cosas, es probable que algunos ediles quieran llevarse a casa algo extra para empezar la siguiente campaña. ¿Será?
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En la Presidencia Municipal de Torreón ya no hayan qué hacer con Dora Miriam Moreno Jurado, la esposa del diputado local y líder municipal del PAN, Manuel Villegas, que fue exhibida por usar su cargo para evadir impuestos y por querer sindicalizarse para aferrarse a la nómina. Sin embargo, lo único que no se le ha ocurrido al alcalde José Ángel Pérez es despedirla. Doña Dora fue removida de la dirección del Registro Público de Autotransporte y supuestamente enviada al Museo de la Casa del Cerro, donde nunca se apareció a trabajar. Luego se reportó a chambear en la dirección de Alumbrado, provocando que el personal de la dependencia hiciera un paro en protesta por el intento de sindicalización de empleados de confianza, en especial de la funcionaria recién llegada. Tampoco es que el alumbrado público esté en tan buenas condiciones como para tolerar la llegada de advenedizos, pero si de lo que se trata es mantener a doña Dora cobrando el sueldo de 25 mil pesillos al mes, todo es posible. El alcalde dice apenas conocer a la funcionaria pero hasta ahora no parece interesado en echarle un ojo a las travesuras que suceden adentro de la Administración. ¿Le deberá algo? Averígualo Vargas.