A mi amigo Jorge y a su esposa Esther, sé que no existen palabras que en este momento puedan cubrir su inmenso dolor, aunque estén conformes con los designios del Señor, sé que una parte de su vida les fue arrancada, porque los hijos son extensión de nuestra propia existencia.
Nada, no hay nada en el mundo que pueda cubrir ese profundo hueco en el corazón que es la pérdida de un hijo. Sé amigo mío que ninguna partida significa el haber perdido todo, pues siempre que alguien nos abandona nos deja un recuerdo que estará por siempre en nuestro corazón y ese recuerdo no nos lo puede quitar nadie en este mundo. Como tú dices acertadamente, el presente es un regalo de Dios y ustedes disfrutaron de ese regalo por 30 años, ese gran regalo que fue Melody, y su misión en este mundo la cumplió a cabalidad sin desmayar un solo día de su existencia con esa hermosa sonrisa de la que fui testigo tantas veces.
Dice la Biblia "por sus frutos los conoceréis" y Melody fue fruto del sagrado matrimonio que tú y Esther han conformado por tantos años, fruto de personas buenas como son ustedes y su familia. Testigo fiel soy de estos hechos pues cuando yo los necesité ustedes me dieron la mano sin condiciones, y jamás podré pagarles ese apoyo incondicional.
Y así también de ella brotaron dos frutos hermosos que son sus hijas, de buena semilla estoy seguro, pues de gente tan linda como Melody sólo pueden brotar frutos buenos. Ella fue el ejemplo de lo que deberíamos ser los seres humanos un ejemplo de felicidad por la vida, de la sonrisa a flor de piel, de la ayuda desinteresada a quien se la pedía, sobre todo de un gran ser humano.
Por Melody deberán ustedes seguir adelante, por Melody debemos aprender cómo vivir mejor la vida en este mundo lleno de arideces pero también de muchas recompensas. La partida de Melody no fue en vano, dejó un gran ejemplo a seguir y que si lo continuamos aportaremos nuestro granito de arena para hacer de este planeta un mundo mejor. Ella tocó a quienes la rodeaban con su encanto, siendo una luz que no se ha extinguido, quedando encendida la llama de la bondad y la felicidad que perdurará por siempre.
Melody Villarreal Miranda, por alguna razón te adelantaste en este viaje y sé que algún día esperaras con los brazos abiertos a quien dejaste atrás pero de algo está seguro el que esto escribe; ¡cumpliste tu misión con creces y te graduaste con honores en la universidad de la vida! Puedes esperar en paz a los que continuarán con tu ejemplo y algún día juntos podrán decir ante el creador ¡Señor hemos cumplido!
Con todo mi afecto y cariño para Jorge y Esther.
Pd. En mi estudio guardo uno de los más preciados recuerdos, que es una taza para café en donde Melody con sus habilidosas manos colocó una foto de mi familia y la seguiré preservando mientras viva como un valioso legado de tan maravilloso ser humano.