Queridos lectores: a ninguno de nosotros, nos gustaría llevar cargado a un padre, a algún hijo, destrozados por el fuego de mortíferas bombas lanzadas desde aviones de combate de alta tecnología, como los que existen hoy en día. Expresiones indescriptibles, son las que hemos observado estos días, a través de diferentes cadenas televisivas, producto de una guerra, pero sobre todo de un odio ancestral entre los llamados “árabes” y los judíos o israelíes.
Hace ya algunos años, conocí a un médico palestino y su servidor pecando de una inocencia que se nos da a los que no hemos vivido un conflicto como el de ellos, se me hizo fácil decirle que por qué no se sentaban ellos y los israelitas a tomar un café, y arreglaban de una vez por todas sus diferencias y vivían en paz, lo que provocó la ira de aquel médico, que casi me arroja él su taza de café el cual tomábamos en el comedor del hospital donde él venía a estudiar. Molesto me dijo: que ¿Cómo quería que hicieran eso?, con gente, que con armas en las manos los habían sacado de sus casas y arrojado de su tierra. El problema árabe, israelí es muy complejo, pero de las condiciones actuales que se viven, pienso que mucha de la culpa la tuvieron hace décadas, al final de la Segunda Guerra Mundial la llamada sociedad de las naciones, que permitió que los judíos regresarán a sus antiguas tierras que tenían muchos años de haber abandonado, y que habían sido ocupadas por otros pueblos. Lo peor de todo fue que luego de enfrentamientos armados, hicieron una distribución de esas tierras, que más bien parecía un Frankenstein, o un rompecabezas, de la manera en que quedaron distribuidas, entre ellas la famosa franja de gaza, que es hoy en día una de las manzanas de la discordia.
El pasado siete de enero por la mañana, aviones israelitas, provistos como ya dijimos de alta tecnología de la cual presumen en los programas de Discovery, bombardearon una escuela administrada por la UNRWA, que es la agencia de las naciones unidas para los refugiados palestinos, lo que costó la vida de 40 personas que estaban refugiadas en esa escuela, para precisamente protegerse de los bombardeos. Israel culpa a Hamas de la agresión con cohetes hacia su territorio, pero al parecer Hamas no fue quien inició, sino fue el Jihad islámico, el que disparó los primeros cohetes. Lo que no podemos concebir, es que existe una absurda tregua de tres horas de calma por 21 horas de inmisericordes bombardeos, contra un pueblo que no posee ese poder de fuego, la gente y los niños viven aterrorizados por el uso de bombas de fósforo, que se dispersan en el aire ocasionando lesiones y quemaduras graves entre la población civil. La franja de gaza se encuentra rodeada totalmente por Israel, y ha mantenido un cerco hermético a ese país. En junio del año pasado se prometió que se iba a abrir dicho cerco, lo cual no se cumplió y esto ha provocado una crisis humanitaria, a la cual no ha respondido el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para enviar a cuerpos de paz, de esto ni se habla, pues los E.U. (que se dicen los policías del mundo), no dan su aval para una intervención por el momento. En ese lugar del mundo se siguen cometiendo atrocidades y desde luego se genera más odio, con lo que tal vez nunca se termine este conflicto, con la consecuente pérdida de valiosas vida humanas, tanto israelitas como palestinas.
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