El principal propósito de la gira del presidente estadounidense, Barack Obama, por América Latina, que comienza hoy en México, es "escuchar y aprender", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
En declaraciones a bordo del avión Air Force One que traslada a Obama a la capital mexicana, Gibbs afirmó que durante esta gira, que también le llevará a Trinidad y Tobago para participar en la V Cumbre de las Américas, el presidente quiere "volver a acercarse a la región, aprender y ayudar a liderar".
Según Gibbs, las conversaciones de la gira estarán dominadas por la crisis y las medidas que se han tomado para contrarrestarla, entre ellas la inyección de 1.1 billones de dólares en la economía mundial a través del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El cambio climático y la seguridad también ocuparán un espacio importante de las conversaciones, tanto en Trinidad y Tobago como en México, explicó Gibbs.
Indicó que en México Obama subrayará, entre otras cosas, el plan integral que anunció en marzo para la seguridad en la frontera, que incluye entre otras cosas el envío de helicópteros "Black Hawk" para la lucha contra el narcotráfico.
Obama, según Gibbs, también "hablará de la revisión de las leyes existentes para garantizar que se controla el tráfico de armas" desde EE.UU., del que se nutren los narcotraficantes mexicanos.
México ha pedido que se restablezca la prohibición de armas de asalto en suelo estadounidense que el presidente George W. Bush dejó expirar.
Hasta el momento, Obama se ha mostrado poco dispuesto a ello y considera que la prioridad debe ser el cumplimiento efectivo de las leyes vigentes.
Otra queja mexicana se refiere a la lentitud en el desembolso y el recorte a los fondos de la Iniciativa Mérida, el programa de mil 400 millones de dólares para la lucha contra el narcotráfico en ese país y Centroamérica.
"Colaboramos con el Gobierno mexicano para garantizar que el dinero llega lo más rápidamente posible y se emplea de la manera más sensata posible", afirmó al respecto Gibbs.
Otro de los asuntos pendientes es el programa abolido el mes pasado por el Congreso estadounidense para la circulación de camiones mexicanos por el territorio nacional.
Tras esa decisión, el Gobierno de Felipe Calderón impuso aranceles por valor de dos mil 400 millones de dólares a productos estadounidenses.
Gibbs indicó que no se esperan hoy anuncios acerca de ese programa y recordó que el Gobierno de Obama trata de llegar a un acuerdo con el Congreso para el establecimiento de un programa alternativo.