La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, visitó la mañana de este jueves la Basílica de Guadalupe, donde fue recibida por el rector Diego Monroy quien la guió en un recorrido y le explicó el "milagro guadalupano".
Alrededor de las 8:15 horas la funcionaria estadounidense llegó al atrio del templo por el costado norte, a bordo de un automóvil Cadillac negro con placas diplomáticas BEM-001, escoltado por cuatro camionetas negras.
En la puerta 9 ya la esperaban el rector Diego Monroy y, a discreta distancia, el canónigo Pedro Tapia Rosete.
El primero le dio la bienvenida, mientras alrededor de 20 elementos del Servicio Secreto norteamericano se desplegaban en las escalerillas ya de por sí resguardadas por unos 60 elementos de la Policía Federal.
Diego Monroy dio la bienvenida primero en inglés, en tanto la visitante -vestida con traje sastre rojo de pantalón- comentaba algo sobre una visita previa que hizo a la basílica hace muchos años.
Durante unos cinco minutos permanecieron de pie en ese punto, desde donde el rector señalaba la antigua iglesia y explicaba parte de la historia del lugar.
En ese breve diálogo se incorporó la traductora personal de la secretaria Hillary Clinton, quien la acompañó durante todo el recorrido mientras Monroy hablaba en español.
Acompañada por personal de la Embajada de Estados Unidos y algunos miembros de su comitiva, la funcionaria entró a la basílica (donde se desarrollaban las actividades ordinarias) y fue llevada a la parte alta del altar para las explicaciones.
En el libro de visitantes distinguidos, anotó: "Que esta bella basílica dedicada a la madre de Cristo, continúe inspirando esperanza, fe y armonía entre todos los pueblos de América: Hillary Rodham Clinton".
Luego colocó una ofrenda de 12 rosas blancas en el altar, en tanto miembros del Cabildo y el Coro de Infantes del templo, acompañados por sacerdotes capellanes, hacían la oración de laudes de la mañana.
Los feligreses observaban con curiosidad, pero algunos continuaban sus oraciones sin prestar atención a las decenas de personas que rodeaban a la funcionaria estadounidense. Cumple...dos...estadounidense
Al salir del templo, a las 8:45, Hillary Clinton colocó en el quemador exterior una veladora verde que un miembro del Servicio Secreto cargaba desde antes de las 7:00, cuando ese grupo y el Estado Mayor Presidencial tomaron control de las instalaciones.
Poco antes de abordar su auto rumbo al Centro de Mando de la Policía Federal en Iztapalapa, la secretaria saludó a algunas personas que se acercaron para darle la bienvenida a México.
Dijo que consideraba "maravilloso estar aquí", y luego se retiró en medio de su aparatoso dispositivo de seguridad.
El rector de la basílica informó en entrevista posterior que durante el recorrido explicó a la secretaria el milagro guadalupano y que ella quedó "extasiada y emocionada" ante el ayate de Juan Diego.
"La secretaria comprendió mucho de lo que ella misma me dijo que antes no entendía sobre el milagro guadalupano, que nadie se lo había explicado y sobre la idiosincrasia de los pueblos de América (y digo de América desde Alaska hasta la Patagonia)", comentó.
Mencionó que ella preguntó quién había pintado el ayate y al explicarle que ése era justamente el primer milagro registrado hace más de 477 años quedó maravillada.
Agregó que, a pesar de no ser católica, la señora Clinton sí es cristiana además de que "esta es la casa de la madre de todos y todos son bienvenidos".
En ese sentido, Monroy aseguró que la visitante quedó extasiada y maravillada frente al milagro guadalupano "y me dijo que ahora entendía mucho más a los pueblos de América".
