El presidente estadounidense, Barack Obama (c), realiza una visita a la Ciudad Prohibida, la residencia de los antiguos emperadores, en Pekín, China.(EFE)
El presidente estadounidense Barack Obama fue fiel a la tradición de visitar uno de los grandes monumentos de China y hoy se desplazó a la Ciudad Prohibida, residencia imperial desde el siglo XIV, lo que provocó el cierre del recinto.
Los patios del majestuoso palacio, que se levanta al norte de la Plaza de Tiananmen, estuvieron vacíos, ya que la seguridad de Obama exigió que él pudiera pasear en solitario por el lugar.
'Es magnífico', comentó el mandatario al pasar junto al Pabellón de la Armonía Suprema, el mayor del recinto y construido en 1406.
Desde que China y Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas en 1979, todos los presidentes estadunidenses que precedieron a Obama, excepto Jimmy Carter, visitaron al menos uno de los monumentos emblemáticos del gigante asiático.
La visita del presidente Richard Nixon, artífice del acercamiento Pekín-Washington, la primera de un mandatario estadunidense tras la proclamación de la República Popular de China en 1949, fue célebre a la Gran Muralla en el mes de febrero, cuando las temperaturas oscilan en los -10 grados centígrados .
Obama visitará mañana al otro símbolo chino, la Gran Muralla, antes de volar para Seúl, Corea del Sur, última etapa de su gira asiática que comenzó en Japón y lo llevó también a Singapur.