Enfermedad. Hoy se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el VIH-Sida. Las autoridades llaman a los jóvenes a hacer conciencia sobre los riesgos de contraer este síndrome.
Hace poco más de un año, Juan fue diagnosticado como portador del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
A pesar de su enfermedad, Juan no pierde las ganas de vivir ni tampoco el sentido del humor.
Tiene 41 años y dice que vive cada día como si fuera el último, y no porque le tema a la muerte sino porque ha aprendido a valorar todo a su alrededor.
Y es que asegura que antes de ser diagnosticado con VIH, su vida era sólo un exceso.Fiestas, alcohol, drogas, sexo. "Tal vez Dios me mandó esta enfermedad para que valorara más mi vida. Fue un estirón de orejas".
Hace más de dos años, Juan vivió en Estados Unidos; se fue a trabajar como ilegal y en ese país comenzó a sentirse mal.
"Pensé que tenía cáncer en el estómago porque en realidad el VIH me lo diagnosticaron por casualidad".
Juan comenta que nunca tuvo los síntomas del VIH, "lo que sentía era fuego en mi estómago y muchas agruras, por eso me hicieron varios estudios pero nunca fui por los resultados".
Cuando regresó a México, su estado de salud empeoró y decidió acudir de nuevo con el doctor.
"Ahí fue cuando me dijeron que tenía VIH. Sé que parece increíble pero para mí fue un alivio esa noticia porque sé que las personas con cáncer se mueren en unos cuantos meses".
Juan prefiere ser portador del VIH, "ya no es una enfermedad mortal, y gracias a Dios me siento muy bien porque llevo un estilo de vida saludable y tomo mi medicamento a tiempo".
A raíz del diagnóstico médico, Juan dejó el alcohol, las drogas y el sexo.
"No tengo pareja, y así me siento bien. Estoy contento porque he aprendido a valorar cada día de mi vida", comenta Juan.
Sin embargo, a Juan le preocupa que los jóvenes no tomen en serio esta enfermedad. Por eso los aconseja a tomar la vida con más responsabilidad.
"Todos queremos sentir el momento al máximo. Nunca pensamos en el mañana ni en las consecuencias, pero no vale la pena arriesgar la salud".
JUAN EL SIGLO DE TORREÓN / Archivo