"Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error."
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La crisis económica afecta principalmente al sector privado. Para una de nuestras minorías privilegiadas, la que vive del presupuesto gubernamental, los problemas no aparecen todavía ni aparecerán. De hecho, el Gobierno está aprovechando la crisis, como ha hecho en todas las anteriores, para aumentar su gasto y su número de empleados. Así incrementa la carga sobre la población productiva que debe pagar el costo de su operación.
La economía privada está perdiendo empleos a un ritmo rápido. Según la Secretaría del Trabajo, en octubre de 2008 el país tenía 14,564,569 trabajadores formales registrados en el IMSS. Para febrero de 2009 la cifra bajó a 14,026,501. En sólo cuatro meses el sector privado perdió 538,068 empleos formales.
El ISSSTE oculta su información. En su página de internet las cifras de derechohabientes aparecen actualizadas sólo hasta 2006. Éstas muestran que entre 1997 y 2006 el número de asegurados directos (trabajadores y pensionados, sin incluir familiares) aumentó todos los años independientemente de los tropiezos económicos del país. La reportera Dolores Ortega cita cifras del ISSSTE que señalan que en 2008, año en que el número de trabajadores del sector privado cayó en 110,839, el del Gobierno aumentó en 97,551 (Reforma, 06/04/09).
Los trabajadores del sector privado y quienes viven del autoempleo están enfrentando despidos o reducciones en sus ingresos por la contracción de sus ventas, comisiones y salarios. Quienes trabajan en el sector público no tienen esos problemas. Su empleo no sólo está asegurado, ya que quienes tienen una "planta" en el sector público no pueden ser despedidos, sino que también siguen recibiendo aumentos de sueldo y de prestaciones. Los maestros del sector público consiguieron en este 2009 un alza de 4.9 por ciento en el salario más 1.5 por ciento en prestaciones. Los trabajadores de la quebrada Luz y Fuerza del Centro recibieron 4.9 por ciento en salario, 0.6 por ciento en prestaciones, 2.5 por ciento en transporte y 1.5 por ciento en despensas. El 3 de marzo el presidente Felipe Calderón anunció un programa de 600 millones de pesos para otorgar préstamos a quienes deban dinero en tarjetas de crédito, pero sólo para los afiliados al ISSSTE.
¿De dónde saca dinero el Gobierno para pagar los crecientes sueldos y prestaciones de la burocracia? Por una parte de los impuestos al sector privado. Si bien en los dos primeros meses de este 2008 cayeron los ingresos del Gobierno por ISR en 6.2 por ciento y por IVA en 21.9 por ciento, el IETU aumentó su recaudación en 28.7 por ciento. La magia del IETU, o su perversidad, es que le carga la mano a las empresas o personas físicas que pierden dinero.
El otro truco proviene del déficit de presupuesto, un recurso que consiste en gastar más de lo que se gana y pedir prestada la diferencia. Luis Echeverría y José López Portillo lo llevaron a su máxima expresión en los años setenta y ochenta. La deuda ya la pagarán nuestros hijos o nietos que cometan el error de vivir fuera del erario. Si bien el Gobierno Federal logró un presupuesto razonablemente equilibrado desde principios de los años noventa, el presidente Calderón ya ha presupuestado un déficit de más del 3 por ciento del Producto Interno Bruto para este año. Si un país realmente prosperara por aumentar su número de burócratas o su gasto gubernamental deberíamos estar de plácemes.
El problema es que el ejército de burócratas lo sostenemos los mexicanos que pagamos impuestos y no tenemos el privilegio de vivir del erario.
En un principio pareció una bendición. El correo electrónico ofreció una manera fácil y rápida de comunicarse. Pero Microsoft calcula que el 97 por ciento de los correos es hoy spam, basura no solicitada. El resultado ha sido hacer perder a este instrumento una parte importante de su utilidad.