El cansancio mental es una consecuencia inminente de la realización prolongada de las mismas tareas, es decir, que la rutina termina por desalentar la mente, debilitarla y conducirla a la fatiga. Para que esto no suceda, es importante airear la vida con una serie de facetas diferentes en donde se combine de forma estratégica la familia, el trabajo, el entretenimiento y la vida social.
Es obvio que si sólo tienes tiempo para visitar la oficina y no sacas ni un día a la semana para descansar, pronto te vas a sentir débil y abrumado, mientras que si aprovechar tus ratos libres para compartir con los tuyos, para hacer algo de deporte, para leer, para escuchar música o para dar un paseo, tu vida estará llena de situaciones diferentes que le cierran el paso a la monotonía y a las enfermedades que de ella se desencadenan.
La fatiga mental es causa de muchas distracciones (algunas peligrosas) y tiene una dificultad añadida: no se hace consciente hasta que se ha cometido un error molesto o grave. No existen terminales nerviosas que indiquen su existencia.
Sin embargo algunas señales podemos tomar en cuenta para suponer que estamos en ese proceso, y tomarnos un descanso.
Los primeros estudios sobre fatiga mental los mandó hacer Adolfo Hitler (según cuenta B. B. Skinner) al advertir que sus generales hacían muchas tonterías cuando actuaban bajo la presión del combate (que podía durar días y semanas enteras). Exigió una lista de los signos que indicaran la fatiga mental para tomar medidas directas. Por supuesto esto no cambió el curso de la guerra pero indica hasta qué punto el fenómeno es perceptible para los ajenos e inconscientes para que el que lo sufre.
Entre esos signos (que los psicólogos recogieron) se encontraron:
1.- Un aumento del uso de los tacos y blasfemias.
2.- Una inclinación a culpar a los demás por sus errores.
3.- El aplazamiento de decisiones.
4.- Sentir lástima de uno mismo.
5.- No tener deseos de hacer ejercicio o relajarse.
6.- Comer demasiado o no lo suficiente.
7.- La tendencia a ganar tiempo.
Cuando usted advierta la presencia de estos síntomas (sobre todo lo más importante) es hora de tomarse un descanso si no quiere cometer errores (o provocarse problemas).
La mejor manera de descansar es saltar a una tarea distinta y placentera. Si está cansado de leer o estudiar, pasee (o cualquier actividad manual que le agrade), y si está cansado de hablar, cállese y escuche con los ojos cerrados. Es importante tener diferentes opciones de "ocio". Es decir no buscarse siempre el mismo descanso sino darse la oportunidad de variar. Para ello hay que dedicar un tiempo a buscar alternativas a sus "descansos" habituales.
Tal como recomienda Skinner. "Si quiere resolver seriamente sus problemas, debe elegir con cuidado lo que hace cuando no los está resolviendo".
