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¿Votar, no votar o votar independiente?

GENARO LOZANO

Tengo sentimientos muy encontrados respecto a la elección del 5 de julio próximo. Nunca me había sentido así de confundido desde que voté por primera vez, en 1994. Mi confusión radica en que, al igual que millones de mexicanos, no me siento identificado con ninguno de los candidatos, ni mucho menos con ninguno de los partidos políticos, pero al mismo tiempo la idea de ir a anular mi voto me hace sentir culpable y me despierta muchas interrogantes.

Sigo creyendo que los partidos políticos son indispensables para el funcionamiento democrático cuando están realmente sujetos a la rendición de cuentas. En un mundo ideal, elegiríamos a nuestros vecinos para resolver los asuntos de nuestras colonias, pero en el mundo real en el que vivimos, los partidos siguen siendo un filtro ideológico, entre otros, para entender el contexto de una candidatura. No obstante, los partidos políticos en México me provocan alergias.

Desde el PAN con sus tácticas similares a las del Partido Republicano de Bush, incitando al miedo de los ciudadanos para que voten por el blanquiazul; pasando por el pseudo Partido Verde que merece la pena de muerte por proponer la pena de muerte, por ser un cínico negocio familiar y por no haber contribuido en nada a la causa ecológica; o el PRI, que sigue carente de mensaje y que continúa cobijando a figuras como el "Góber Precioso"; o el PRD que permanece secuestrado por personajes como Raúl Bejarano y Dolores Padierna. No hay partido con el que me identifique. Tampoco me parece adecuada la intromisión ilegal de la Iglesia Católica en el proceso electoral al llamar a votar por quienes se oponen al aborto o al pedir que la gente no anule su voto.

Al mismo tiempo, veo una agenda progresista en el Partido Social Democracia (PSD). Me parece indispensable que este partido esté colocando temas sociales de avanzada y abanderando la candidatura de personajes como Miguel Galán en Guadalajara. Sin embargo, no puedo olvidar el cochinero que hicieron los actuales dirigentes de este partido para sacar a la persona a la que se le debe el registro de este partido, a Patricia Mercado y su equipo de colaboradores.

Por ello, aunque la agenda social del PSD me parece indispensable, tampoco siento que pueda votar por ellos. Aunado a todo lo anterior, por vivir fuera del país no logré actualizar a tiempo mi credencial del IFE, así que no puedo votar por quienes compiten por mi voto por el distrito en el que tengo un domicilio en la Ciudad de México.

Por ello, cada vez me convence más la idea de unirme a un grupo de jóvenes que cree en las instituciones, pero no en quienes las dirigen. Vota Independiente (www.votaindependiente.org.mx) está precisamente llamando a escribir el nombre de un candidato no registrado en el espacio en blanco en la boleta electoral. Elisa de Anda ha sido la vocera principal de este grupo, ya que ella decidió usar los canales institucionales, al acudir al IFE para tratar de registrarse como candidata independiente.

Votar independiente, ya sea por Elisa o incluso por ti mismo si lo deseas, no es anular tu voto. Es cumplir con la obligación ciudadana de ejercer el voto, al tiempo que implica mandar un mensaje claro a los partidos políticos de que ya no toleraremos más un sistema sin rendición de cuentas y de partidos polarizantes, irresponsables. Profesor del ITAM

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