"Democracia significa simplemente golpear al pueblo
Por el pueblo y para el pueblo."
Óscar Wilde
Nuestros siempre costosos diputados aprobaron el 22 de septiembre la creación de una "comisión de paz" para ayudar a restablecer la democracia en Honduras. Quizá deberían enviar esa comisión a la Ciudad de México. No sólo nos saldría más barato, sino que aquí la democracia está más maltrecha.
Este próximo primero de octubre deberá realizarse el cambio de Gobierno en las 16 delegaciones del Distrito Federal. Sólo que en tres existe todavía incertidumbre. En las tres hay ganadores claros del voto popular, pero el voto es lo que menos interesa en nuestro judicializado sistema electoral.
El ganador de las elecciones en Cuajimalpa fue Carlos Ovañanos, candidato del PAN. Obtuvo 26,266 votos contra 21,637 del segundo lugar, Adrián Ruvalcaba del PRD, el PT y Convergencia. El número de votos de Orvañanos es 21.4 por ciento superior al de Ruvalcaba.
Pero eso no importa. Tanto el Instituto Electoral del Distrito Electoral como el Tribunal Electoral local han declarado nula la elección. El argumento es que el PAN rebasó en 200 mil pesos el tope de gasto de campaña que debía ser de 462 mil. Las autoridades electorales consideran que las pintas de bardas debieron haber costado más de lo que el PAN reporta y le atribuyen al partido en Cuajimalpa todo el costo de un cierre de campaña que el PAN afirma fue regional y no delegacional. Yo no creo que ninguno de los candidatos haya gastado menos de 462 mil pesos, pero las autoridades electorales locales favorecen de manera sistemática al PRD. Lo que más inquieta es que si la sala regional del Tribunal Electoral federal ratifica la decisión se prohibirá la participación de Orvañanos y el PAN en la subsecuente elección extraordinaria. El castigo sería despojar a los ciudadanos que sufragaron por ellos de tener un candidato que refleje su posición política. No hay nada más antidemocrático.
El resultado de la delegación Miguel Hidalgo también está en los tribunales. El ganador fue Demetrio Sodi del PAN con 58,271 votos. El segundo lugar lo ocupó Ana Gabriela Guevara del PRD, el PT y Convergencia con 49,444 votos. La diferencia equivale al 17.8 por ciento de los sufragios de Ana Gabriela. También en este caso las autoridades electorales del D.F. han determinado que el PAN rebasó el tope de gastos. Para eso están considerando como pagada, y estimándole un valor a falta de factura, a la entrevista que Televisa le hizo a Sodi durante un juego de futbol. Guevara también tuvo una larga entrevista en ESPN, pero las autoridades no la consideraron como pagada. El castigo sería también prohibir a los ciudadanos que votaron por el PAN el tener un candidato que refleje su posición política.
En Iztapalapa no hay duda del triunfo de Rafael Acosta, "Juanito". Sus 180,397 votos como candidato del PT rebasan con mucho los de cualquier rival. Sólo que el grupo que lo impulsó al triunfo, encabezado por Andrés Manuel López Obrador y Clara Brugada, quiere obligarlo a renunciar para entregar el Gobierno a Brugada. Juanito lo prometió, pero tiene derecho a gobernar. Brugada, por lo pronto, ya se ha declarado "jefa delegacional legítima" y ha prometido que no dejará gobernar a Juanito. Los perdedores, como siempre, serán los habitantes de Iztapalapa. No veo qué beneficio pueda traernos a los mexicanos el costoso viaje de una comisión de diputados a Honduras para negociar una situación que sólo debe ser resuelta por los hondureños. Sí parece urgente, en cambio, mandar una comisión para restablecer la democracia en el Distrito Federal, un lugar en que el voto no tiene valor.
Curioso. El presidente Calderón ha asumido la posición populista de cobrar más impuestos para aumentar el gasto del Gobierno. En cambio Andrés Manuel López Obrador mantiene la posición liberal de recortar el gasto público innecesario y elevar la recaudación eliminando los privilegios fiscales.
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