El legendario directivo santista, Gustavo de Villa Vázquez, fue el encargado de apagar para siempre la luz del Corona. (Fotografía de Jesús Galindo López)
Torreón, Coah.- Y en pleno festejo de despedida, Gustavo de Villa Vázquez, el directivo con más tiempo en el Club Santos Laguna, apagó para siempre las candilejas del Estadio Corona.
Abrazado de don Memo Olvera, quien por años fue el responsable del mantenimiento del inmueble de la calzada Ávila Camacho, el vicepresidente operativo de los Guerreros bajó el switch que dejó a oscuras el campo y las tribunas.
Ahí el público por un momento enmudeció, contagiado por ese sentimiento temido y anticipado de ya no ver más la grama y la casa de Santos Laguna. Un juego de luces y las notas del mariachi animaron a las miles de personas que se quedaron prácticamente con un nudo en la garganta.
Pese a estar prohibido, pero en un acto justificable en el momento de agonía de la "Casa del Dolor Ajeno", la porra "La Komún" iluminó su lugar con bengalas, que hicieron más emotivo el acto del inevitable adiós.
El "Son de la negra", "La Filomena", el "Cielito lindo" y "Las Golondrinas", fueron interpretadas no sólo por las decenas de mariachis congregados en las líneas laterales de las canchas, sino por los miles de aficionados que no se movieron de sus asientos.
La mayoría de los asistentes iluminaban la oscuridad con los flashes de sus cámaras fotográficas y de video, al mismo tiempo de agitar sus pañuelos blancos como tributo a un coloso que será memorable y heroico para muchas generaciones.
Los jugadores con ojos llorosos dieron la vuelta olímpica, al mismo tiempo que aficionados arrancaron pedazos de pasto y en Plateas la butaca 725 simplemente desapareció de su lugar.
Demolición
Derrumbe del Estadio Corona:
n A partir de las 7:00 horas las máquinas comenzarán su tarea en el estadio para quitar sus entrañas.
n Muchos aficionados aprovecharon ayer para llevarse un recuerdo de la "Casa del Dolor Ajeno".