Una lunada que se caracterizó por la unidad y armonía de los participantes en una bienvenida a decenas de jinetes provenientes de varios lugares de la región.
Y nos dieron las 10 y las 11...
LUNADA
Con una cena a la luz de la luna, los participantes de la 2ª Gran Cabalgata Ecoturística de la Feria de la Candelaria iniciaron sus actividades.
Sierra de Órganos, Zacatecas.- Muchos de ellos ya se conocían y por ello había convivencia inmediata. Sin embargo, había también rostros nuevos, y los más experimentados se encargaron de unirlos a un festejo que, por segundo año consecutivo, los unió al pie de los cerros de la hermosa Sierra de Órganos.
Luego de manejar casi dos horas con rumbo a Zacatecas y dar vuelta a la izquierda en el poblado San Francisco (San Pancho, para los amigos), no hubo mejor recibimiento que el olor a carne asada y la sensación de que el tiempo no existe.
Los gremios de cabalgantes se saludaron con mucho gusto. Los organizadores dieron una bienvenida sin mucha palabrería y empezaron la fiesta.
La carne de venado en dos fogatas fue la mejor cena que se pudo preparar. Algunos quinqués sirvieron para evitar que la oscuridad se comiera los rostros de los visitantes.
Una de las mujeres que acompañaba a su esposo llevó una salsa verde que a más de dos les hizo exclamar por la Virgen, por su madre, o por alguna grosería.
Tras la oficina principal, ubicada inmediatamente a la entrada de Sierra de Órganos, se improvisó un candelabro con dos focos, dos palos y un cable que un joven se encargó de remendar.
Así, bajo la luz de la luna y la música ranchera desde las camionetas, los cabalgantes descansaron del primer trayecto y el último que harían en auto por lo menos en un par de días.
Emmanuel Félix Lesprón
Enviado especial.