Y volvió la fiesta al Corona. Luego de un intenso duelo entre Santos Laguna y Chivas Rayadas del Guadalajara, finalmente el ambiente de fiesta se hizo sentir en las gradas del añejo Estadio Corona, ello tras una serie de partidos en los que Santos Laguna no conocía la victoria y prácticamente había olvidado lo que era el festejo de un gol.
Las caras de los aficionados laguneros reflejaron ayer todo el gusto y la algarabía por el primer triunfo, por los goles ausentes en más de cuatro partidos, por haber superado a las orgullosas Chivas de Vergara y por mostrar que ante los grandes la escuadra albiverde se crece y saca la casta. Previo al partido se podía ver en los alrededores del coloso de la avenida Ávila Camacho el ir y venir de los seguidores chivas y santistas, los dimes y diretes entre unos y otros, todo dentro del marco de respeto posible. La confianza de triunfar por parte de ambos bandos era mucha, pero guardaban mesura.
La venta de playeras, banderas y todo tipo de recuerdos de los dos equipos era una constante, sin dejar de lado la reventa de boletos, al ofrecerse entradas para todas las localidades, desde luego con un amplio margen de ganancia para los revendedores, quienes suelen desafiar a la autoridad policiaca ahí presente .
Durante el primer tiempo los visitantes mostraron una mayor ambición y mantuvieron un cierto dominio sobre los albiverdes, que poco pudieron hacer para sacudirse la presión y desaprovecharon las opciones que tuvieron, para salir bajo los abucheos de un público inconforme con su desempeño y que exigía espectáculo de buen nivel en la cancha.
Fue con el arranque del segundo tiempo cuando empezó el verdadero duelo en la cancha, con un Santos decidido a ir con todo al frente y cobijado por los aficionados, quienes despertaron del letargo en el que por momentos cayeron durante el primer tiempo, donde los bostezos fueron de lo más común ante la falta de reales emociones.
"Hachita'' Ludueña se encargó de terminar con el embrujo tras un cobro magistral en un tiro libre directo. Con el balón dentro de la media luna en el área del chiverío, su tiro quedó fuera del alcance de Luis E. Michel y se anidó en la red, para provocar la explosión de júbilo en las tribunas, donde el verde y blanco opacaron por completo a los rojiblancos que en su mayoría se ubicaron en la cabecera norte del estadio.
Ya con el buen ánimo generalizado por todos los rincones del Corona, los Guerreros parecían jugar por nota y los gritos de "ole'' se siguieron uno tras otro para enmarcar el segundo gol del encuentro conseguido por el colombiano Carlos Darwin Quintero, que finalmente presentó sus credenciales ante la afición lagunera. Y como en sus buenos tiempos, Jared Borgetti fue ovacionado por el público local al entrar de relevo por la escuadra rojiblanca, aunque esta vez su efectividad fue opacada por Johnnie García, alguna vez jugador del Guadalajara. La fiesta ya no la paró nadie, y pese a que "Chicharito'' Hernández acortó las distancias para fijar el marcador 2-1 en la agonía del duelo, la tribuna ya estaba encendida y con el festejo a todo lo que daba.
Afuera del estadio, ya de retirada, los seguidores de la escuadra lagunera lanzaban expresiones de burla en contra de aficionados del chiverío, mientras eran vigilados de cerca por los "azules'', quienes ya tenían dentro de la "julia'' a varios rijosos que estaban a la espera de ser remitidos por faltas al orden público.
