No hay tema más interesante en Torreón esta semana que el que ya se tengan los nombres de los candidatos a contender por la presidencia municipal de la ciudad, para el periodo del primero de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2013.
El gobernador Humberto Moreira y su hermano Rubén ratificaron a Eduardo Olmos como el ungido, luego de hacerle un triste teatro a Antonio Juan Marcos, quien alguna vez pensó que podría ser él el elegido por el dedo de Saltillo. Para Juan Marcos sin embargo, la tristeza y desilusión fue ampliamente recompensada al ser designado Secretario de Desarrollo Regional (SDR), figura creada por el gobernador para asegurar el retorno del PRI al palacio de la avenida Matamoros, que ha tenido tres periodos panistas de los últimos cuatro.
Mientras tanto, el PAN parece que logrará tener candidato único, en la persona del abogado Jesús de León Tello. Chuy, como casi todo el mundo le conoce. Parece que tiene la candidatura en la bolsa, quizá por que la misma está terriblemente devaluada por los tiempos tan complicados y por el desempeño en general del panismo en el poder, que nos tiene a los ciudadanos sumidos en una crisis económica profunda, y peor aún, metidos en un berenjenal de violencia criminal sin precedentes en la historia moderna de México. Para acabar de fruncir lo arrugado, la actual Administración panista también podrá ser recordada como la peor de los últimos años, quizá sólo la del licenciado Mariano López Mercado (q.e.p.d) pueda tener comparación.
La buena noticia para todos, es que en este inicio real de campañas rumbo a los comicios del domingo 18 de octubre, es que sin duda a diferencia de las elecciones del año pasado en Coahuila, donde se renovó al congreso local, y a las votaciones federales, apenas celebradas en julio pasado, hoy hay mucho más visos de interés ciudadano en participar en la contienda para elegir al sucesor de José Ángel Pérez.
No cabe duda que a la ciudadanía le importa y le impacta más en los hechos quienes sean los titulares del Poder Ejecutivo en sus tres órdenes: presidente de la república en el federal; gobernador y alcalde en lo local, que la elección de quienes componen el Poder Legislativo, por ello lo relevante del proceso que ha arrancado de hecho esta semana.
Es cierto que al día de hoy parece que el resultado está decidido, y con ello el gobernador, podrá satisfacer su apetito electoral, ya que dentro de su mandato su partido ha ganado 20 de 20 diputaciones locales, como ya se señala arriba, apenas en octubre y también, 7 de 7 en cuanto a distritos federales que tiene Coahuila, hasta ahora juega perfecto, le falta la última ficha: Torreón. Si hace poco más de un mes, el 5 de julio pasado, fue capaz el PRI de doblar al PAN en votación, sería casi temerario suponer que De León tiene probabilidad alguna de llevarse el triunfo.
Sin embargo, la nominación de Eduardo Olmos en ciertos grupos no ha caído del todo bien. La percepción entre los jóvenes con acceso a Internet, así como en general en las clases con más acceso a educación, es de marcado rechazo, ya es visto como la pieza elegida por Moreira y producto del viejo priismo para acceder a la presidencia, cosa que no hubiera sucedido si el candidato hubiera sido Juan Marcos. Pero la inversión política que el gobernador hizo en Olmos, al que primero le dio Obras Públicas en diciembre de 2005, después crearle una oficina con recursos enormes -la SDR- para que de ahí pudiera promocionarse electoralmente, siguiendo con su campaña a la congresista local, puesto al que pidió licencia con apenas 15 días en el cargo y que pudiera mostrar su músculo electorero, sigue pareciendo que el resultado será obvio en octubre y Eduardo se sentará en la silla que se le negó hace 4 años, pero no está del todo definido.
Al paso de los días, en lo que arranca la campaña electoral de poco más de 4 semanas, Torreón va a vivir una verdadera efervescencia política porque si bien Olmos tiene un trabajo y una popularidad que lo respalda, él también es sinónimo de imposición y hasta aparente capricho de Saltillo de decidir quién debe gobernar Torreón, que le abre una pequeña puerta al panismo de por lo menos dar la pelea y no ser nuevamente arrasado como en las elecciones anteriores.
