Ráfagas. Las armas de fuego de alto calibre han 'aturdido' a los duranguenses; en lo que va del año se han perpetrado más de 200 asesinatos producidos por potentes fusiles, como el caso suscitado en una de las calles de la colonia Villa de Guadalupe, el mes pasado.
Como cada mes El Siglo de Durango publica un recuento de las muertes violentas en la entidad; durante marzo se reportaron 131 decesos crudos, 85 de ellos perpetrados presuntamente por la delincuencia organizada. La cifra general del 2010 asciende a 384, cinco por ciento más que el año pasado.
Durante el mes pasado se tuvo conocimiento de 87 muertes provocadas por proyectil disparado por arma de fuego, nueve por volcadura de vehículo, ocho en choques automovilísticos, ocho por atropellamiento, cuatro suicidios, cuatro por golpes, cuatro por asfixia, dos por arma blanca y cinco por otras causas.
Por su parte, la cifra de muertes violentas con tintes del crimen organizado fue de 85, mientras que en febrero fueron 68 y enero cerró con 83, siendo un total de 236 las ejecuciones en territorio duranguense.
MASACRE CONTRA MENORES
Entre los decesos de marzo no se puede dejar de mencionar la masacre suscitada el pasado domingo 28 en la que diez menores fueron acribillados en la sierra de Pueblo Nuevo.
De acuerdo al reporte de las autoridades, ese día, en una camioneta pick up transitaban 14 personas por el camino que conduce del poblado El aval a Los Naranjos cuando fueron interceptados por un grupo armado con potentes fusiles y granadas.
Se tuvo conocimiento de que dos señoras fueron bajadas de la unidad antes de que abrieran fuego en contra de los demás tripulantes y de "pilón" les aventaran una granada de fragmentación que acabó con la vida de diez jovencitos de entre 11 y 21 años de edad.
Del brutal ataque fueron rescatados con vida dos bebés de ocho y nueve meses de nacidos.
Al día siguiente personal de la Procuraduría General de la República, de la Procuraduría General de Justicia, del Ejército Mexicano y autoridades municipales de Pueblo Nuevo se trasladaron al lugar para armar un operativo de persecución e iniciar con la investigación correspondiente pero no se lograron resultados favorables.
Hasta la fecha no se conoce a ciencia ci erta cuál fue el motivo de la terrible masacre ni el grupo al que pertenecen los asesinos.
LE PEGARON A LOS BARES
Nuevamente los ataques en lugares públicos se vivieron en Gómez Palacio, específicamente en los bares y cantinas; uno de los hechos de sangre más relevantes fue cuando un grupo de sicarios irrumpió en un bar y abrió fuego en contra de los parroquianos arrojando un saldo de tres hombres sin vida y siete más lesionados.
Esa noche todo se veía tranquilo en el bar La Cascada, hasta que llegaron varios tipos amados y sin preguntar nada abrieron fuego en contra de todos los que estaban en el lugar.
En el interior de bar, tirados entre charcos de sangre y licor, quedaron los cuerpos de tres personas y siete más resultaron heridas.
A finales del mes la Procuraduría informó que fueron ejecutadas cuatro personas en el bar Santa Esperanza, en bulevar Ejército Mexicano, de Gómez Palacio.
Según la información de la Procuraduría, dos sujetos alcoholizados intentaron entrar al bar pero les fue negado el acceso, situación que molestó al par de borrachos y abrieron fuego primero en contra de los vigilantes Jesús Arturo Rodríguez Carmona, de 31 años, y Jesús Alejandro García Urbina, de 30 años.
Posteriormente ejecutaron también al dueño del bar, Carlos Alberto Ávila Reyes, de 31 años, y a un cliente que no portaba identificación.
También de acuerdo con el reporte de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) en el patio trasero del bar denominado El Colombiano, fue encontrado el cuerpo sin vida del propietario de dicho establecimiento, quien presentó heridas de balas de diferentes calibres en varias partes del cuerpo.
El informe señala que en primera instancia ingresó el cuerpo como no identificado y fue más tarde cuando lo identificaron sus familiares con el nombre de Santos Manuel Rodríguez Robledo, de 57 años de edad.
VACACIONES CON SANGRE Y ALCOHOL
En el citado periodo se dio el inicio de las vacaciones de Semana Santa y con ello se presentaron diversos accidentes con saldo fatal, algunos provocados por la ingesta de alcohol.
El primer deceso de las vacaciones fue el de Rafael Ríos Ruiz, quien circulaba por la carretera a Torreón a bordo de una Ranger y al llegar al kilómetro 31, se impactó de frente contra otra unidad, sufriendo conjunto de traumatismos que le cortaron la vida al instante.
El día 30 de marzo tres personas perdieron la vida víctimas de conjunto de traumatismos, tras registrarse la volcadura del vehículo Dodge Ram en el que viajaban en la carretera Francisco Zarco entre el poblado El Zape y la cabecera municipal de Guanaceví, al parecer por el exceso de velocidad y el alcohol.
Víctor Manuel Barraza Cepeda, de 24 años; Gregorio Grado Aguirre, de 38 años de edad, y Mario Aguirre Rodríguez, de 25 años, son quienes perdieron la vida, mientras que el conductor del vehículo Fernando Aguirre Ramos, de 26 años de edad, sufrió lesiones que lo mantienen en estado de gravedad.
La PGJE informó que todos se encontraban bajo los efectos del alcohol al momento del fatal accidente.