A visita a los extraordinarios monumentos que nos depara la historia y la honda tradición de Oaxaca, representan un viaje que nos infundió un renovado entusiasmo por lo que nuestro país ya tiene como tesoros culturales y lo que más puede importarnos al iniciarse un nuevo ciclo anual, por la fuerza que respalda a la comunidad de México para perseguir nuevos niveles de realización nacional.
Oaxaca es un ejemplo de la confiada riqueza humana que late en cada una de las regiones de la nación, fuerzas de la imaginación y perseverancia con que se resuelve cada una de las circunstancias de la vida personal y del trabajo, sea cual sea su nivel de complejidad o importancia.
Todos esperamos que el año 2010 se desenvuelva más favorablemente que su antecesor que en tantos sentidos resultó ingrato para México y ciertamente para una inmensa mayoría de los países. La fuerte dependencia que nosotros nos recetamos conscientemente al atar nuestro desarrollo tan estrechamente a la suerte económica de Estados Unidos ha costado mucho.
Deben tener cuidado los que ven en ello un argumento para asimilarnos aún más que hasta ahora. La definición y conservación de la identidad cultural y nacional es una constante en todos los pueblos del mundo y es el motor más poderoso para inspirar a los pueblos a responder con optimismo y gallardía a sus circunstancias.
La mayoría de los economistas han pronopsticado una reanimación de nuestra economía. Posiblemente al finalizar 2010 hayamos alcanzado un 3% que, partiendo de una base tan deteriorada como la que hemos recibido, no permite ni remotamente que rescatemos niveles de siquiera principios de siglo. El Banco de México tiene que defender fieramente el poder de compra de los ingresos personales contra la inflación que algunos prevén en más del 4.5% que se registró en 2009.
En síntesis, tenemos que esforzarnos todos, en una acción que nos coordine a todos, a vencer barreras y alcanzar tan pronto como sea posible -ojalá y fuese este año- un crecimiento que supere la suma del crecimiento demográfico de 1.4% y la inflación 7.8 ó 8-% 1.8% + 5% más un margen de crecimiento neto de 1 ó 2 puntos y con ello.
Ni en la Unión Europea donde se han dejado atrás las fronteras nacionales los ciudadanos han dejado atrás su historia ni los valores que les dan sentido a la vida cotidiana.
Las arduas negocaciones para llegar a la configuración nueva con el Tratado de Lisboa tuvieron que tomarlas en cuenta. Podrán sentirse "europeos", pero no han dejado de sentirse parte de una evolución propia que arraiga y orienta su manera de ver la vida y resolver sus situación cotidiana.
En los Estados Unidos son evidentes las diferenciaciones entre las regiones y hasta entre las entidades que componen al país. No es igual la mentalidad del vecino del noreste, cuna de los fundadores, a la de los californianos o los texanos o los del mediooeste.
Los mexicanos somos indudablemente latinoamericanos enlazados por hondos vínculos y experiencias que vienen desde hace ya cinco siglos, pero cada uno de los países que componen nuestra comunidad tiene sus propias notas características.
