Incidencia. Las volcaduras resultaron fatales, la mayoría de las veces provocadas por el exceso de velocidad, la falta de precaución y la ingesta de embriagantes. EL SIGLO DE DURANGO
Durango
Desde el sábado 27 de marzo, cuando arrancó el periodo vacacional de Semana Santa y hasta ayer, fecha en que se reanudaron de manera normal las labores escolares y laborales, se contabilizaron 97 muertes violentas en la entidad, 22 de éstas provocadas por accidentes automovilísticos; hubo dos suicidios y un ahogado; el resto se registró como homicidios y algunos percances de tipo laboral.
El primer día de vacaciones Rafael Ríos abrió la lista de decesos, luego de que chocó en el kilómetro 31 de la carretera a Gómez Palacio; desde ese momento se desató una ola de muertes violentas en la entidad, tanto por accidentes como por asesinatos y terribles ejecuciones.
DOMINGO DE RAMOS Y DE "CUERNOS"
La delincuencia organizada se hizo presente durante la Semana Mayor y para iniciar el recuento no podía faltar la matanza que se suscitó en Los Naranjos, en Pueblo Nuevo, donde masacraron a diez personas, entre menores y jóvenes, con "cuernos de chivo" y granadas.
Los asesinatos no pararon: en San Dimas los enfrentamientos entre grupos delictivos antagonistas y en contra del Ejército arrojaron un saldo de una decena de occisos en diferentes eventos.
En la Comarca Lagunera también se hizo presente la violencia y los ataques fueron dirigidos a lugares públicos como bares y cantinas, donde cayeron también varios sujetos abatidos por las balas de potentes fusiles.
VELOCIDAD, ALCOHOL Y VOLANTE
Los accidentes automovilísticos también dieron de qué hablar, pues la ingesta de bebidas alcohólicas, el exceso de velocidad y la falta de precaución fueron determinantes para las vacaciones sangrientas.
El pasado sábado en el bulevar Durango, a la altura del Hospital del Niño, Jaime Díaz y Juana Sánchez, ambos de 24 años, perdieron la vida luego de que chocara la camioneta en la viajaban contra un semáforo. De ese accidente resultaron lesionados tres más.
10
VÍCTIMAS
Fue el saldo del ataque contra jóvenes y menores de edad.
22
DECESOS
Los accidentes viales cobraron vidas durante las vacaciones.
Volcaduras arrojaron saldo fatal; 12 personas murieron en este tipo de accidentes
Aun y cuando se llevaron a cabo diversos operativos de prevención y vigilancia en las carreteras de la entidad por parte de corporaciones de los tres órdenes de gobierno, fue imposible evitar algunas volcaduras que arrojaron saldo fatal.
Desde el Domingo de Ramos los accidentes se empezaron a incrementar; en Guanaceví perdieron la vida Manuel Barraza, Gregorio Grado y Mario Aguirre, luego de que su auto volcara.
También se tuvo conocimiento del deceso de Isidro Orozco y su acompañante Laura N., quienes sufrieron un accidente similar en el municipio de El Oro.
En Santiago Papasquiaro también se suscitaron percances de este tipo y a cuatro días de haber iniciado las vacaciones murieron los hermanos Loyola. Días después, en ese mismo municipio se volcó Silvestre Chávez y pereció.
En Nuevo Ideal dejó de existir José Bernardino Martínez, justo el día de la Resurrección.
Y el más reciente, la noche del pasado domingo, a unos minutos de terminar las vacaciones, se registró un accidente de tipo volcadura a tres kilómetros de llegar a la cabecera municipal de Guanaceví.
De acuerdo con la información proporcionada por la Procuraduría General de Justicia, dejaron de existir, victimas de traumatismos en varias partes del cuerpo, José Quiñones Juárez, de 68 años, y Manuel Moreno Rodríguez Silva, de 34, quienes tenían su domicilio en el barrio El Tagarete, en Santiago Papasquiaro.
Ellos, quienes tenían el oficio de mineros, viajaban a bordo de una camioneta Ford, tipo Ranger, de color verde, y poco antes de llegar a la citada ciudad perdieron el control de la unidad, debido al exceso de velocidad con que circulaban y sobrevino la volcadura.
Personal de la Procuraduría estatal acudió al lugar para dar fe del deceso e iniciaron con las primeras indagatorias en cuanto al accidente; posteriormente procedieron a trasladar los cuerpos al anfiteatro del Semefo en la ciudad capital.