Emociones encontradas. Egresados de preparatoria acudieron al Edificio Centra l de la UJED para buscar su nombre en la lista de aceptados. Presentaron el Ceneval 3 mil 713 alumnos y sólo hay espacio para 2 mil 395. JOSÉ JUAN TORRES QUINTANAR / EL SIGLO DE DURANGO
Cientos de estudiantes abarrotaron desde temprano los pasillos del Edificio Central de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED). A las dos de la tarde llegaron los ejemplares de la Gaceta que -como pocas veces- se vendió como pan caliente. Se hicieron largas filas para obtener la revista que contenía la esperada lista de los "aceptados". Cinco pesos por ejemplar, para poder acceder a resultados.
¿Y AHORA? Con incertidumbre y nerviosismo, Manuel Mendoza llegó al lugar. No encontró su nombre en la lista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Después de revisarla varias veces, accedió a una entrevista y admitió que su segunda opción es trabajar, no sabe en dónde ni haciendo qué, pero aseguró que de no ser así, no podrá entrar a una escuela particular para poder cumplir su objetivo de ser abogado. Le sirve de consuelo que ni su novia ni sus ocho amigos, con los que iba, fueron aceptados, pero reniega del método de selección: "No es el promedio, es el paro más bien".
Jesús Galaviz tampoco fue admitido en Derecho. Dijo no tener claro qué sigue para él. Ahora, que se vio orillado a buscar otra posibilidad, lo más probable es que empiece a trabajar, "porque esperar un año o un semestre sería tiempo perdido", justificó. No está dentro de sus posibilidades contemplar una escuela particular; mencionó que, "de por sí", pagar una universidad pública iba a ser difícil. Las mensualidades de una privada son para él algo impensable.
La señora Mónica Sifuentes acompañó a su hija que no logró entrar a la Escuela de Psicología. Lamentó que después de tanto esfuerzo no haya sido admitida, "confiaba que con el nivel que traía la pudieran aceptar", dijo. "Es lamentable que alumnos que traen un promedio de excelencia no hayan sido aceptados (...) obviamente, algunos pueden cursar un semestre cero porque también implica un gasto y, a la larga, no les garantiza que se queden en la carrera", agregó.
El contraste se observa a solo unos metros de distancia: "Estamos muy contentas porque mi hija sí se quedó en Odontología", fue la primera respuesta de la señora Rosa González al ser entrevistada. Cuando su hija Anahí se acercó a darle la noticia, los gritos de emoción hicieron voltear a quienes estaban alrededor. "Sabíamos que era una carrera cara pero como ella quiere estudiar eso, vamos a hacer hasta lo imposible para que termine". Y es que Anahí tendrá que dejar Villa Unión para estudiar en Durango, lo que implica más gastos.
"Más delante, a ver dónde hay trabajo (...) pero ahora el primer paso ya está dado", dijo, por su parte, la señora Eusebia Morales. Su hija había logrado entrar a Enfermería.