Uno de los argumentos más alegados a favor de la teoría de la conspiración ha sido el de que las torres no se derrumbaron a causa del choque de los aviones, ni por los subsiguientes incendios, sino que se habrían detonado unas cargas a posteriori que habrían producido el colapso de los edificios, que sería una demolición controlada.
Al cumplirse nueve años de los ataques terroristas contra Nueva York, Washington y Pensilvania, los hombres que formaron en su momento la llamada Comisión del 11 de Septiembre han emitido un informe poco tranquilizador.