ABSURDAS EXHIBICIONES DE REOJO A SIMPLE VISTA
La detención de "delincuentes" menores, frecuentemente exhibidos por las autoridades locales como los grandes enemigos de la sociedad, no muestra otra cosa sino la incapacidad de algunas instancias para obtener logros sustanciales en materia policiaca.
Así, a finales de la semana pasada la Dirección Municipal de Seguridad Pública se encargó de exhibir a un adulto, de los clasificados como "mayores" cuando tienen más de 60 años de edad, por dedicarse a la venta de cigarros a las afueras de un centro de bachillerato. Al hombre se le aseguraron, además de varias cajetillas, dulces de distintos tipos, con lo que obtenía apenas lo suficiente para el sustento de cada día.
A él se le clasificó como "corruptor de menores", de acuerdo al parte policiaco oficial. ¿Lo era? Según los términos legales, esa clasificación se le da a quienes sobornan o pervierten a un menor de edad, mostrándole técnicas, mecánicas o formas en que se debe realizar alguna acción que afecte su salud física, mental o moral.
El detenido jamás pensó, siquiera, en mostrarles a los jóvenes cómo se debe fumar. Es más, la realidad de nuestros días nos dice que muchos de esos estudiantes, como víctimas de un sistema en el que la prevención no ha funcionado adecuadamente, saben más de la vida en materia de vicios y adicciones que el propio vendedor, pese a la diferencia de edades. Quizá ya sabían fumar antes de entrar al bachillerato.
La propia dependencia municipal informó que el señalado fue detenido luego de una "investigación" policial. Seguramente era "prófugo de la justicia" desde hacía algún tiempo. Más aún, el logro de la autoridad fue respaldado por el Sistema Municipal de Monitoreo (Simmon). Vaya acción...
Como una persona de escasos recursos, él, el exhibido, se quedará así, con una imagen personal averiada, sin forma de reparar el daño que sin duda habrá sufrido. Y no se está defendiendo la venta de cigarros sueltos a los adolescentes, que a final de cuentas está prohibida y que, dicho sea de paso, representa una falta administrativa: se está cuestionando la capacidad de las autoridades para resolver otro tipo de problemas.
Ese día como muchos otros, a simple vista, no tenían mucho que informar.
Se hizo bolas el alcalde y ya no supo que decir sobre las razones que impidieron la llegada de Nicolás Rodríguez Luna a la Dirección Municipal de Salud Pública y Medio Ambiente. Lo invitaron y aceptó, después ya no, que en la lista siempre no iba y se confundió al mencionarlo. Total que la realidad, dicen, es que el ex titular del Seguro Popular sintió muy pequeño el puesto y a la mera hora decidió no asumirlo. Está a la espera de algo de acuerdo a su nivel. Finalmente se determinó designar, mejor, a otra persona: Arturo Guerrero ya ocupa el espacio.