El Papa Benedicto XVI instó ayer al clero católico en Irlanda a enfrentar con coraje el escándalo de abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra menores, dijo el Vaticano, pero no tomó medidas en respuesta a las exigencias de las víctimas de que obligue a algunos prelados a renunciar.
El comunicado llegó al final de un encuentro entre el Pontífice y 24 obispos diocesanos irlandeses sobre cómo recuperar la confianza de los católicos.
El vocero del Vaticano Federico Lombardi dijo tras la cumbre que el Papa "comparte la indignación" sobre los abusos y "ya había expresado su profunda pena".
Un comunicado del Vaticano dijo que el Pontífice consideró el abuso de niños "un crimen horrendo" y un "pecado grave que ofende a Dios".