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Acosados y discriminados por su apariencia física

Agredidos. La Casa del Migrante en Saltillo ha sido atacada por rechazo a los indocumentados.

Agredidos. La Casa del Migrante en Saltillo ha sido atacada por rechazo a los indocumentados.

EL UNIVERSAL

El sueño fue interrumpido a gritos. ¡Asesinos! ¡Lárguense! ¡No los queremos aquí! Personas no identificadas aprovecharon la oscuridad de la noche para apedrear el lugar en donde dormían varios migrantes.

Todos despertaron con el estallido de los vidrios de la cocina y de los registros de luz, pero más por los insultos. Esa noche se alargó por el temor. Nadie salió hasta el amanecer. Aunque la luz del día tampoco fue su salvación. A donde iban, las agresiones verbales eran las mismas: ¡regrésense a su país! les gritaban con enojo los lugareños.

El rechazo expresado por algunos habitantes de la zona confundió a algunos migrantes. No sabían si estaban en territorio mexicano -en donde tradicionalmente eran bien recibidos o por lo menos no eran agredidos- o en región estadounidense. Pero sí, estaban en México, en Belén, en la Casa del Migrante en Saltillo, Coahuila.

Por esas agresiones que los defensores de los derechos humanos califican de xenofobia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tiene a nuestro país en la mira. Intervino y otorgó medidas de protección a los trabajadores y migrantes que se refugian en Belén para evitar más insultos y apedreadas, como las que se registraron el 25 de octubre pasado.

Aún así, los actos de odio no han cesado. Hace cinco días, vecinos de la zona intentaron apedrear a varios migrantes que se estaban agrupando en las vías del tren con el fin de seguir su camino, asegura Sandra Albicker, abogada de la Casa del Migrante.

"En México, como en Arizona, se discrimina a inmigrantes y a jóvenes varones por el delito de portación de cara", asegura el presidente de la Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Ricardo Bucio.

Explica que en algunas regiones del país y en determinados contextos se ha señalado a los inmigrantes como un "peligro" y son por lo tanto, víctimas de abuso, no sólo de autoridades migratorias sino también del crimen organizado y de los propios ciudadanos.

"Hay residentes que, aunque no están organizados como en Estados Unidos, rechazan la presencia de los migrantes extranjeros en las colonias. Los vigilan supuestamente porque les parecen sospechosos", explica.

El 28 de octubre, a las 8:30 de la noche, dos jóvenes intentaron brincar la barda e ingresar a la casa Belén, pero cuando fueron descubiertos por varios migrantes que estaban en el interior, desistieron. Los teléfonos de las oficinas fueron intervenidos.

Sandra Albicker dice que los actos de xenofobia ocurrieron a partir de que, el 30 de septiembre, un ciudadano hondureño fue acusado de asesinar a una comerciante de Saltillo para robarla.

Al respecto, el senador Francisco Herrera León, en un punto de acuerdo que presentó para que se investiguen los actos de xenobofia en Saltillo, considera que, de encontrarlo culpable, el responsable del homicidio debe ser sancionado conforme a las leyes.

"Pero un hecho aislado no debe ser motivo para estigmatizar a un grupo vulnerable como el de los migrantes. Tampoco debe ser justificación para inducir a un clima de polarización de la sociedad y mucho menos de xenofobia", dice.

La abogada de la casa del migrante señala que "a raíz de las agresiones, se solicitaron medidas cautelares a la Secretaría de Gobernación, a través de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero como el Estado no nos garantizaba la protección, tuvo que intervenir la Comisión Interamericana desde marzo pasado".

"Este caso refleja la permanente criminalización hacia los migrantes que transitan por México de forma irregular y el contexto de agresiones y hostigamientos que padecen los defensores de los derechos humanos en México, una situación que contrasta con el discurso político oficial del Gobierno mexicano frente a la comunidad internacional de defensa y promoción de los derechos humanos", señala el Foro Migraciones, el cual agrupa a 40 organizaciones pro migrantes.

 PERSECUCIÓN CONTRA JÓVENES Otra nueva forma de discriminación que ha surgido en el contexto de la inseguridad en México es la que padecen los jóvenes varones, asegura el presidente del Conapred. Ricardo Bucio dice que "son estigmatizados como posibles delincuentes y agentes de peligro, y más si no tienen educación ni empleo".

El funcionario destaca que, como muestra de ello, en las cárceles del Distrito Federal se triplicó el número de internos entre 2001 y 2009, para pasar de 16 mil a 44 mil, y la mayoría de ellos son jóvenes que se encuentran en situación de pobreza.

"Los jóvenes que no tienen oportunidades de empleo y de educación; además de padecer esta negación en sus derechos, son estigmatizados y criminalizados. Además, quienes se encuentran en las cárceles no tienen suficientes recursos para acceder a una defensa y no hay posibilidades tampoco de que haya un reclamo social si son detenidos de manera injusta porque hay una tendencia mayor a que se les considere culpables", señala.

En Morelos, por ejemplo, el Frente Morelense asegura que, a partir de los altos niveles de violencia en el estado por la presencia del crimen organizado, hay hasta ahora cinco jóvenes desaparecidos, todos ellos originarios de colonias populares de Cuernavaca, "y las autoridades no investigan porque los relacionan con la delincuencia".

Discriminación por apariencia

José Luis Vera, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dice que en nuestro país aún se determina el rango social de las personas a partir de su aspecto físico.

Considera que si bien los actos de discriminación no han llegado a los niveles como los desarrollados en Estados Unidos o en Sudáfrica con el apartheid, "en México somos poco conscientes del racismo que vivimos porque es de baja intensidad, pero es constante. Y eso los extranjeros lo notan mucho más que nosotros".

"Hay una enorme correlación -reitera el antropólogo- entre el aspecto externo de la gente y su clase social, y este fenómeno se remonta a la tradición histórica que ha tenido México, de cómo se han reproducido las clases dominantes a partir del llamado racismo positivo, que facilita o abre la puerta a gente que corresponde con ciertos cánones".

Para evitar esas y cualquier otra forma de discriminación, Bucio considera que se deben establecer sanciones en la legislación para que se castigue a quienes cometan actos de exclusión y reparen el daño que ocasionan. "Prevenir la discriminación -asegura- no es un asunto de convicción", debido a que es una práctica arraigada en la sociedad mexicana. Por ello, confía en que la presente Legislatura apruebe las reformas legales que establezcan sanciones administrativas y que tipifiquen la discriminación como un delito en el Código Penal federal.

Desde 2004 que se creó, hasta el 30 de abril pasado, el Conapred ha recibido 3 mil 386 quejas por diversos motivos de discriminación.

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