Actuación aplicada a la vida diaria
El entrenamiento de un actor es un proceso que toma varios años. Sin embargo, algunos aspectos que son parte de esta formación profesional, los podría aplicar una persona “común y corriente”, en las diferentes actividades que realiza en su vida cotidiana.
Marta Chávez Vélez, profesora de teatro, explica que durante esta preparación, los actores llevan a cabo un reencuentro con herramientas que los seres humanos adquirimos, incluso, desde antes del nacimiento.
Según Meyerhold, director y teórico teatral ruso, los animales, cuando son cachorros, practican movimientos que aplican a la hora de salir a cazar.
“Con la gente tendría que suceder lo mismo; deberíamos saber cómo manifestar este proceso primario, tanto físico como mental, porque una persona ‘normal’, va olvidando y resulta que nunca lo expresa, ni lo utiliza en los ámbitos de la cotidianidad, sobre todo, en aquellos en los que implican una comunicación con los demás”.
Propiciar este reencuentro con uno mismo, dice, es cuestión de hacer conciencia de nuestro cuerpo, espacio, y aprender a escuchar a los demás, y lo que nos rodea.
“A los actores se nos entrena para que al entrar a escena, estemos atentos a todo el entorno; entonces el cuerpo percibe más de lo que en la vida cotidiana podríamos percatarnos”.
Tener esta conciencia y lograr esta conexión del cuerpo, la mente, y el resto de las cosas, le da a las personas la capacidad de resolver situaciones en cualquier momento.
A hacer ejercicio
Algunos ejercicios pueden contribuir para tener un mejor desempeño. Así por ejemplo, al hablar en público, la regla más importante es dominar el tema; no se trata de ser una enciclopedia humana, sino de practicar para poder enfrentar momentos espontáneos, manejar los tiempos del discurso, y prácticamente obtener seguridad.
La relajación es otro aspecto que deben cuidar los oradores. Es importante buscar un espacio para estar solos, respirar y lograr esta conexión de la mente con el cuerpo. “El aire es vida; el saber respirar genera una serie de reacciones químicas que le dan bienestar a todo el organismo, y por lo tanto, nos dejarán tener una mejor actuación”
Las voces, claras, seguras, armoniosas, bien pronunciadas, convincentes, tienen mayores probabilidades lograr el éxito; mejorar y afinar la voz, hacer ejercicios, es muy importante, el cómo hablar y hacerlo bien, es algo fácil de aprender.
Los ejercicios de vocalización se pueden realizar leyendo el periódico, o un libro en voz alta. Colocarte un lápiz transversal en la boca, puede ayudar en ciertos casos. Recitar un poema de vez en cuando también mejora la dicción.
Algunas personas tienen la habilidad de recordar prácticamente cualquier información, a otras les cuesta recordar lo que hicieron ayer.
En teatro, dice Martha Chávez, existe una técnica que consiste en leer un texto de forma que se observa y hace un análisis de cada una de las palabras. La tarea del actor es comprender, a partir de su personaje, y cuando lo hace, no será necesario repetir el diálogo, como se suele creer, 11 veces. “Cuando se tiene una idea clara del texto, al momento de expresarlo con palabras, si la persona hizo realmente esta compresión, las oraciones saldrán por lógica, automáticamente”.
Si se tiene la posibilidad, lo ideal es tomar clases de teatro y no precisamente para convertirse en actor profesional, sino para mejorar y potenciar todas las posibilidades que las personas han olvidado a lo largo de los años.