Todo listo. Trabajadores iraquíes en la sede de la Comisión Electoral Independiente se preparan para las elecciones en Bagdad, Irak. EFE
Los iraquíes concurren hoy domingo a las urnas para elegir un nuevo Parlamento del que saldrá la próxima coalición gobernante, en medio de fuertes medidas de seguridad y sin que exista de antemano un claro ganador.
Están convocados a votar 18.9 millones de iraquíes, que emitirán su sufragio en unas 50 mil urnas distribuidas por todo el país. Habrá unos 100 mil observadores locales y más de 1,400 internacionales, según datos de la Comisión Electoral.
Todos los líderes políticos y los ciudadanos de a pie coinciden en que en estos comicios Irak se juega la posibilidad de consolidar un sistema democrático cuyas bases fueron sentadas a raíz de las elecciones constituyentes de enero de 2005.
El viernes el representante de la ONU en Irak, Ad Melkert, calificó como "decisivo" el momento que vive el país con motivo de estas elecciones porque le permitirán elegir "su propio destino".
"Creo que, de hecho, es el momento más decisivo desde 2003, cuando se produjo la invasión que dio la vuelta al país", afirmó Melkert, que encabeza una misión que ha prestado un gran apoyo a la Comisión Electoral para la celebración de estos comicios.
A las elecciones se presentan más de 6 mil candidatos para cubrir 325 plazas en el Parlamento, que pertenecen a una amplia gama de alianzas y grupos políticos, aunque las preferencias están centradas en tres coaliciones.
El primer ministro, Nuri al Maliki, que ocupa el cargo desde 2006, figura como uno de los favoritos, al frente de su coalición, el Estado de Derecho, pero el desgaste del poder, la corrupción y la pérdida de aliados políticos merman sus posibilidades.
Frente a él se alza, por una parte, la Alianza Nacional Iraquí, integrada, entre otros, por el principal grupo político shii y seguidores del clérigo radical shii Moqtada al Sadr.
También tiene grandes posibilidades una opción secular, la alianza Al Iraqiya (La Iraquí), encabezada por el ex primer ministro Ayad Alawi, shii, y el político suní Saleh al Mutlaq. Al Iraqiya viene denunciando la posibilidad de que haya un fraude, propiciado presuntamente por Al Maliki para conservar el poder.
El juego político, al que los iraquíes vienen acostumbrándose desde hace cinco años, aún es recibido con escepticismo por quienes piensan que la democracia no ha resuelto temas clave como la seguridad y el desempleo.
"Queremos soluciones para la economía, porque los políticos no están haciendo nada", declaró en un barrio shii de Bagdad el copropietario de un local de venta de automóviles usados, Ahmed Yusef.
AHMED YUSEF
Iraquí shiita
Se juegan la vida
Uno de los principales retos que tendrán los iraquíes cuando acudan hoy a votar es conservar la vida. Una coalición terrorista encabezada por Al Qaeda tiene intención de boicotear las elecciones y ha advertido a los iraquíes que no salgan hoy de casa.
En un anticipo de los comicios, el jueves, cuando votaron policías, soldados y pacientes de hospitales, tres explosiones mataron en Bagdad a 12 personas y causaron heridas a medio centenar.
Ayer, en la ciudad sagrada de Nayaf, 160 kilómetros al Sur de Bagdad, tres personas murieron y medio centenar resultó herido al estallar un coche-bomba. Al Qaeda dice defender los intereses de los suníes iraquíes, que son un tercio de la población, frente a los dos tercios de los shiies.