El defensa panameño de Santos aceptó que Palacios le dijo 'esclavo de mierda' y Verón lo llamó 'mono' y 'negro', razón por la que reaccionó.
Felipe Baloy acusó a los jugadores de Pumas, Marco Palacios y Darío Verón, de proferir insultos racistas en su contra ayer en el partido en CU, y condenó la falta de autoridad del árbitro José Alfredo Peñaloza, quien fue testigo de los hechos.
El defensa panameño de Santos aceptó que Palacios le dijo “esclavo de mierda” y Verón lo llamó “mono” y “negro”, razón por la que reaccionó
El defensa panameño de Santos aceptó que Palacios le dijo “esclavo de mierda” y Verón lo llamó “mono” y “negro”, razón por la que reaccionó de forma agresiva contra los zagueros del cuadro universitario.
“Sí, me dijo esclavo y el otro me decía mono y negro'.
Son palabras que nunca me han ofendido y gracias a Dios soy una persona que está orgullosa de su raza y de lo que soy, pero creo que da pena que unas personas se dirijan a ti (de esa forma), y más en estos tiempos”, aseguró a CANCHA vía telefónica.
“Tendrán que reconsiderar eso, ellos tienen familia, tienen hijos y no les gustaría que los discriminaran en ningún lugar”.
Baloy lamentó que “Pikolín” y Darío representen a la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Ellos han estado años ahí, en una institución como ésta, una universidad importante en México, y que se expresen de esa manera es muy triste. En los partidos nos decimos de todo y se nos olvida, pero este tipo de comentarios o de ofensas no pueden suceder”.
El zaguero criticó la actitud de Peñaloza, quien lo amonestó al 28 cuando le pidió que interviniera ante los insultos.
“Lo que me ofendió es la manera como el árbitro manejó las cosas, estando al frente y escuchando todo lo que me decían y ni siquiera les dijo nada a estos jugadores”, sostuvo Baloy. “Le reclamé al árbitro y le dije tú escuchaste lo que dijo, y en vez de hacer algo, me sacó la amarilla”.
Ayer, en la vuelta de los Cuartos de Final del Bicentenario 2010, Baloy se encaró al 28 y al 45 con los auriazules y tuvo que ser controlado por Carlos Morales, Oswaldo Sánchez y Antonio Olvera para no llegar a los golpes.
Por su parte, Alejandro Irarragorri, presidente de Santos, repudió los insultos a su jugador y dijo que si el silbante no asentó en la cédula del partido estos hechos, el club lagunero interpondrá un recurso ante la FMF.
“Esperamos que esto sea reportado, creo que no va muy de acuerdo con lo que busca el futbol y esperamos que la propia Universidad ponga medidas porque no es el espíritu que debe imperar en la cancha”, afirmó.
“Nadie (de Pumas) se acercó para nada y desafortunadamente también el camión (del equipo) fue apedreado, nos rompieron varias ventanas (2)”.
Esta es la segunda vez en el último año que el Club Universidad se ve involucrado en insultos graves al rival, pues tras ganar la Final del Clausura 2009 ante Pachuca, el presidente de Pumas, Víctor Mahbub, gritó “tomen bola de culeros” a jugadores y directivos tuzos.
Costarían muy caro los insultos
Según el Artículo 2 del Apéndice III Discriminación del Reglamento de Sanciones de la FMF, si un jugador es culpable de insultos racistas a un rival será suspendido un mínimo de 5 juegos y se le impondrá una multa de 3 mil 750 a 6 mil días de salario mínimo; de 215 mil 475 a 344 mil 760 pesos.
“El racismo constituye la humillación, discriminación o ultraje en contra de otra persona, realizado públicamente, de forma que suponga un atentado contra la dignidad humana por razón de su raza, color, idioma, religión u origen étnico”, reza el Artículo 1. De haber avanzado a Semifinales, Pumas podría haber enfrentado la descalificación por estos hechos.
