Responsabilidad. 'La educación sexual es algo tripartita, corresponde a padres de familia, maestros y entorno, en donde también está contemplada la Iglesia, las religiones': Sanjuanita Arroyo. JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ / EL SIGLO DE DURANGO
En 2009, se registró un acumulado histórico de 298 casos de Sida en Durango. Este 2010, el Centro de Atención a Pacientes con Sida lleva 37 casos detectados. Sin embargo, se estima que hay dos mil portadores del virus que no han acudido a hacerse una prueba, reconoce la presidenta de la Asociación Rhiguel, Sanjuanita Arroyo.
Admite que en la actualidad, uno de los grupos más vulnerables a adquirir el virus son los adolescentes ya que no cuentan con información suficiente y útil sobre sexualidad. Dice que gracias al trabajo de prevención y concientización del sector salud y de asociaciones civiles hay mayor cultura de pevención pero admite que todavía hace falta más difusión e información. "Los adolescentes por su corta edad son vulnerables, desafortunadamente no tienen la información real de lo que es una educación sexual por lo tanto no asumen responsabilidad en su práctica sexual", refiere.
Y agrega: "Es cuestión de educación, formación e información. Debe iniciarse en la familia, porque todavía hay una desinformación muy acentuada en los padres y también en los maestros, que aún no tocan los temas como se debiese, con información real, por el temor al cuestionamiento", alude. Dice que la educación sobre sexualidad debiera reforzarse en la primaria ya que en los últimos grados los preadolescentes adquieren más información a través de los medios de comunicación o por sus compañeros que tampoco están bien informados, lo que propicia que tengan un grado de vulnerabilidad más fuerte. Menciona que en la actualidad se vive en una fase de violencia, no sólo externa sino al interior de las familias, sobre todo verbal y psicológica; y ante la falta de comunicación, los jóvenes se deprimen y encuentran en las adicciones un escape, pero además, "esto los vulnera para tener relaciones sexuales por los vacíos afectivos que tienen al interior de la familia (...) Una jovencita que en su casa no encuentra la comunicación y el afecto necesarios, entra en una soledad y un vacío afectivo. Con la primera persona, hombre o mujer que se le acerque y le de una muestra de afecto dice de aquí soy. Y no miden riesgos", concluye.
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