Apenas habían entrado al nuevo Estadio Corona y varios aficionados fueron sorprendidos por la granizada que llegó previo al inicio del juego. Afición aguanta todo y sale más confiado
Una tarde especial y muy singular se vivió ayer en el Estadio Corona, cuya jornada fue coronada con el triunfo y la calificación de los Guerreros del Santos Laguna a la liguilla del Torneo Bicentenario 2010, luego de imponerse con gol de último minuto a los Gladiadores de San Luis con marcador de dos goles a uno.
El tanto, en la agonía del duelo, cambió la historia de un partido que hubiera significado la rechifla para los albiverdes, quienes cumplirían su quinto juego sin conocer la victoria, pero Iván "Guti'' Estrada se encargó de dar un vuelco para generar la alegría en los miles de aficionados, muchos de los cuales ya se encaminaban a las puertas de salida, dando como un hecho el empate.
De este modo se coronó una jornada donde el agobiante calor que se dejó sentir hasta las 17:30 horas, se pasó a una tarde de lluvia acompañada de granizo y viento frío que provocó un drástico descenso en la temperatura.
Unos minutos antes del partido, en las pantallas del estadio se pudo apreciar una breve reunión, donde jugadores, directivos y cuerpo técnico realizaron una oración en el pasillo que da acceso al campo de juego, mostrando su fe en Dios y la unión que existe en el grupo, terminando con una porra al equipo.
Ya en el partido, los Guerreros ejercieron un dominio casi total sobre los Gladiadores a lo largo de la primera parte, con constantes llegadas de sus delanteros y donde Darwin Quintero jugó un papel determinante, al tener al menos cuatro opciones claras frente al marco de los Gladiadores, aprovechando una de ellas al minuto ocho para provocar el estallido de júbilo en la tribuna con el tanto que significaba la ventaja para los albiverdes.
Los laguneros dieron muestra de estar en condiciones de definir el duelo en cuanto ellos se lo propusieran, toda vez que su dominio sobre los potosinos era por momentos asfixiante, con un rival que poca operatividad mostraba en sus líneas.
Un descuido de los albiverdes al minuto 43 abrió la puerta para que Alfredo Moreno, el verdugo de los santistas, se hiciera presente al minuto 43 de las acciones con un golazo, enfriando de este modo los ánimos en las tribunas y provocando muestras de disgusto en cuanto se dio el silbatazo final de ese primer periodo por parte de Marco Antonio Rodríguez.
En la segunda mitad las condiciones en el campo de juego cambiaron y los Guerreros ya no tuvieron el mismo dominio sobre los potosinos, incluso, por momentos los visitantes mostraron mayor orden que los santistas, generando la desesperación en la afición, que veía cómo transcurría el tiempo sin que cayera el tanto que le diera la ventaja a los locales.
En la agonía del duelo, cuando todos daban el empate como resultado final, la genialidad de Darwin Quintero se hizo presente, y tras una colada por el sector derecho, se encargó de poner un balón en la pierna de Estrada para que éste simplemente se encargara de empujar la bola al fondo de la red ante el regocijo de la afición, que festejó a lo grande al ver cómo terminaba la sequía de triunfos.
Lamentablemente para los santistas, este gol también trajo consecuencias negativas, al ser expulsado Felipe Baloy, quien insultó al jugador potosino Juan Pablo Rodríguez, con tan mala suerte que fue escuchado por el silbante Marco Antonio Rodríguez, quien estaba justo a un lado del jugador santista.
Los laguneros irán ahora a la Capital del país a buscar la mejor posición posible para la liguilla y chocarán ante un desesperado América que buscará a toda costa un sitio en la liguilla, para lo cual tendrá que ganar.
Lo lamentable de la tarde fue la detención de dos jóvenes que fueron aprehendidos por el equipo de seguridad de los albiverdes, al detectarse que traían identificaciones falsas del equipo de staff que labora en el estadio, mismas que vendían entre los aficionados por la módica cuota de 200 pesos y que tentativamente tendrán validez durante la temporada actual.
Los detenidos fueron consignados al Ministerio Público, que se encargará de deslindar su responsabilidad por el delito de falsificación.