Compren libros, revistas o videos que les muestren otros caminos del amor. También discos con música que los incite al cachondeo.
Quienes disfrutan lo sensual toman lo mejor de cada momento que la vida les ofrece. Saben disfrutar el aquí y ahora haciéndolo irrepetible, y esto se refleja en todo lo que acontece a su alrededor, incluyendo su vida de pareja.
Se define como sensualidad todo aquello que al ser percibido por los sentidos causa placer. Al gozo producido por esa sensación.
¿Recuerda usted el alborozo que experimentó ante la visión de un amanecer o un día lluvioso? ¿O la paz y tranquilidad que le transmitió ver a un niño durmiendo? El disfrute de estos momentos de la vida es puramente sensual. Quienes buscan encontrar júbilo y complacencia en cada contacto con la Naturaleza o con sus seres queridos viven en un eterno despertar interior.
Además, la sensualidad conduce a la intimidad en la pareja donde se combinan el amor, la pasión y la espiritualidad. Si usted es de las personas que cuando quieren tener sexo con su pareja hacen a un lado los preámbulos y va directamente al coito, es alguien sexual por naturaleza. Pero si para consumar el encuentro primero busca despertar el apetito de su compañero a través de señales visuales, olfativas, auditivas, besos y caricias, y una vez iniciado este cortejo el ritmo va subiendo hasta llegar a la unión máxima, entonces usted es además un ser sensual.
Pero la sensualidad no es exclusiva de algunos, todos podemos incorporarla a nuestra existencia y experimentar el deleite que proporciona. No obstante, de unos años a la fecha el ritmo de vida que la mayoría de la humanidad lleva, ha dejado lo sensual en el cajón de los olvidos. Las prisas han reducido hasta el tiempo para el amor y los amantes se están acostumbrando a que su actividad sexual vaya ‘directa al punto’, casi en automático. Eso no significa que no sea satisfactoria, pero sí es limitada, al estar perdiéndose los beneficios del goce consciente, acompasado.
TUS DETALLES ME INCITAN AL AMOR
La sensualidad es sugestiva, no impositiva. Para rescatarla, su voz deberá llevar caricias verbales al oído de su ‘media naranja’. No es lo mismo decirle: “tengo ganas de ti”, que “ponte, que tengo ganas”. Tampoco es igual que le murmure algo romántico o incitador, como “me encantas tanto o más que el primer día que te vi” o “me gustaría que me quitaras la ropa en este momento” a expresarle “te ves muy buenota” o “vamos a desvestirnos pero ya, rapidito”.
El uso de las palabras debe ser para despertar el erotismo de su contraparte. Nunca sobrarán la cortesía y las buenas maneras. Siempre las atenciones mutuamente brindadas, por pequeñas que sean, ayudarán a que ambos se sientan relajados y dispuestos a satisfacerse ante cualquier acto de amor.
TIEMPO DE AMAR, DE MEDITAR
Hay gente que come rápido, se baña aprisa, hace el amor aceleradamente. Por favor, no caiga en este gran error. La relación de pareja requiere detalles y estos a su vez de detallitos. Algunos son tan sencillos como acicalarse por la mañana poniéndose unas gotas del perfume o loción que tanto le gusta a su amante. O usar la ropa que se sabe le gusta. No se trata de vestirse con algo demasiado revelador, basta con que se note que ha elegido la prenda pensando especialmente en él o ella. Lo explícito no siempre es lo más incitante, pruebe a dejar que la imaginación de su compañero se eche a volar.
No caiga en el descuido de hacer las cosas ‘a como salgan’, pues por lo general salen mal. Prepare su arsenal de recursos. Pregúntese: ¿qué puedo hacer para que mi ‘otra mitad’ disfrute estar conmigo hoy más que ayer?, y prepare el ambiente.
Lleve a casa una película provocativa. No todos consideran estimulante ver escenas abiertas de sexo, y en ocasiones las cintas pornográficas parecen clases de anatomía o bien muestran situaciones muy fingidas, que en vez de motivar provocan risa o incomodidad. En cambio cualquiera puede encontrar inspirador que quienes están en la pantalla actúen como si en realidad estuvieran sosteniendo un encuentro pasional, aunque no muestren más que un poco de piel.
Cada pareja puede incrementar el deleite de su sexualidad a través de la sensualidad. Sólo hay que tener presente que insinuar antes que mostrar abiertamente, es muy excitante.
Hay muchos ejemplos. La curva de los senos al enmarcarse levemente con el vestido o blusa es el preludio perfecto para redescubrir esa parte femenina. El ruido de la falda al caminar, el roce de la tela sobre las piernas de la mujer, las miradas de complicidad que cruzan los novios o esposos, han sido tema de múltiples composiciones poéticas que a la vez ayudan a incrementar la cercanía.
Usted sabe qué incita a su esposo o esposa. Entonces prepárele la cena y bien sabrosa. No se la dé rápido y de golpe, deje que vibre con cada instante.
LINDEZAS DIARIAS
Cada amante es responsable sobre su goce íntimo; así que obsequie a su compañero un detalle lindo sin esperar una ocasión especial. Recíbalo con una gran sonrisa, abrácelo con fuerza, dígale cuánto lo ama. Sorpréndalo poniendo aquella canción que sonaba cuando se conocieron o la que bailaron el día de su boda, o algún otro tema que le parezca sensual de acuerdo a las preferencias que ambos tengan. Hágale caso a su intuición y buen gusto, no caiga en el juego de mercadotecnia que le quiere vender música obscena, degradante, como algo sexy.
Todos los días traen las mismas horas y cada uno decide cómo usarlas. El lecho de los cónyuges tiene múltiples sensaciones, algunas nuevas y otras ya vividas. Es como una receta de cocina: se ponen los mismos ingredientes pero cada uno les da su propia sazón.
Recuerde: sólo hay una vida. No espere para sacarle jugo, ya se le está acabando.
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