Cancún. Activistas de Greenpeace son los princpales críticos de los nulos acuerdos entre las naciones.
El intenso cabildeo en las mesas de negociaciones para elaborar el documento final contra el calentamiento global postergó la clausura de la Cumbre Mundial del Clima.
Hasta el cierre de la edición, las 193 naciones participantes discutían dos borradores durante una reunión informal del Pleno de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP16).
En el primer documento se establece, entre otras medidas, que las naciones desarrolladas que firmaron el Protocolo de Kioto deben reducir para el 2020 la emisión de gases contaminantes en un rango de entre 25 y 40 por ciento, para evitar que la temperatura global aumente más de 2 grados centígrados.
En el segundo borrador se plantea, entre otros puntos, la creación del Fondo Verde Climático. Se expone que cada país debe aportar 100 millones de dólares por año para el 2020 para apoyar a las naciones vulnerables al cambio climático. Además, el Banco Mundial sería el aval interino durante tres años para movilizar los recursos económicos.
La elaboración de los textos de la declaratoria a cargo de siete grupos integrados por 14 países desarrollados y en desarrollo, que incluso se negociaron desde la madrugada del viernes, retrasó el debate. La presidencia mexicana de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, a cargo de la canciller Patricia Espinosa, decidió postergar la primera reunión programada a las 11:00 horas donde se daría a conocer el documento, "para incluir el resultado de consultas y sugerencias adicionales", señaló la Cancillería.
A las 18:00 horas, tres horas de después de que las delegaciones tuvieron en sus manos el borrador, Espinosa planteó en una sesión informal reunirse dos horas después para debatir el documento. Al comienzo de la discusión, y tras un prolongado aplauso para la presidenta de la COP 16, la delegación de Bolivia lamentó que sus peticiones no hayan sido integradas en los borradores de los textos. "Pido la discusión punto por punto. El segundo periodo de compromiso, no está garantizado y la discusión se quedará sin fecha, pero lo que nos preocupa es que sea listado y no compromisos de las naciones", demandó el embajador Pablo Solón.
Su postura fue secundada por la delegación cubana, quien consideró como insuficientes las metas planteadas.
"Los cubanos nos sentimos insatisfechos de los textos presentados. El primero porque no recogen metas de reducción de gases de efecto invernadero claras ni suficientes. Sabemos que los puntos de discusión llevarían a un aumento de emisiones con base en 1990 de 6 por ciento", manifestó Eduardo Planos.
"Los pueblos deben ser escuchados en todos los recintos. Los movimientos sociales deben tener parte de los procesos y que toda decisión trascendental debería ser consultada a los pueblos porque hablamos de la supervivencia de la especie humana", dijo. La representante de Venezuela, Claudia Salerno, recomendó que se escucharan todas las voces antes de tomar una decisión y pidió no apresurar los procesos.
