Desplazados. La brutal violencia étnica ha obligado a cientos de miles de miembros de la minoría uzbeka a abandonar el Sur de Kisguistán.
La mayoría de niños kirguises de etnia uzbeka que se han refugiado en Uzbekistán a causa de la escalada de violencia en Kirguistán han sido víctimas de crueldad, violencia física y psicológica, alertó ayer la Unicef.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expresó su alarma ya que de acuerdo al organismo 90 por ciento de los cien mil ciudadanos kirguises de etnia uzbeka que se han refugiado en Uzbekistán es de mujeres y niños, muchos de ellos han sido blanco de violencia étnica a raíz de los ataques en Osh.
El organismo anunció en un comunicado que ayer arribaron siete camiones con ayuda humanitaria al este de Uzbekistán con tiendas de campaña, ropa, mantas, medicamentos y utensilios de cocina para los refugiados.
Asimismo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) señaló estaba previsto la llegada a Uzbequistán del primero de seis aviones de carga Il-76 con 40 toneladas de ayuda humanitaria para cerca de 83 mil refugiados.
Por otra parte, el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Derechos humanos (Acnudh), Rupert Colville, subrayó la víspera en declaraciones a los medios que existen "fuertes indicaciones de que este suceso no fue un enfrentamiento espontáneo entre etnias, sino que fue cuidadosamente orquestado y planeado".
Según sus informes, el incidente comenzó con cinco ataques simultáneos en Osh perpetrados por individuos con pasamontañas y armados que "al parecer lo que buscaban era provocar una reacción violenta", afirmó Colville.
A su vez el Gobierno interino kirguís de la presidenta Rosa Otunbáyev, quien asumió el poder después de que el ex presidente Kurmanbek Bakiyev fuera derrocado en abril, ha acusado a los seguidores del dirigente depuesto de provocar este conflicto.
