Algunos de los devastadores incendios en el occidente ruso están descontrolados, advirtió el martes el director nacional de emergencias, mientras se teme que no haya suficientes bomberos para combatirlos.
Decenas de miles de soldados y voluntarios ayudaban a unos 10,000 bomberos a combatir los focos de incendio en más de una docena de provincias occidentales rusas, siete de las cuales están en estado de emergencia.
Los esfuerzos salvaron más de 300 pueblos y aldeas de la destrucción en el último día, dijo el ministro de emergencias Serguei Shoigu, según medios informativos rusos.
"Pero en algunos sitios (la situación) se está descontrolando", dijo Shoigu al presidente Dmitry Medvedev durante una reunión cerca de la ciudad sureña de Sochi, según los medios.
Sus palabras contradijeron las afirmaciones de sus subordinados de que los incendios estaban bajo control. Hasta ahora han causado 40 muertes y destruido casi 2,000 viviendas, después de arrasar cientos de aldeas en cuestión de minutos, tomando por sorpresa a los residentes.
El ministro criticó el martes a las autoridades locales por considerar que no habían hecho lo suficiente para contener los incendios, pese a que el primer ministro Vladimir Putin advirtió que quienes no respondieran adecuadamente arriesgaban a perder sus empleos.
"Todos deben darse cuenta de la magnitud de su responsabilidad", afirmó Vladimir Stepanov, titular del centro de crisis del ministerio. Las autoridades municipales "deben movilizar todas sus fuerzas, y no sentarse a esperar que lleguen los camiones de los bomberos".
El clima esta semana no ayudará precisamente a la lucha contra el fuego ya que se pronostican para Moscú, el sur y el este temperaturas de 38 grados centígrados (100 F).
Putin dijo que supervisará personalmente la reconstrucción de las viviendas arrasadas por el fuego mediante cámaras de video y que retransmitirá las imágenes al cibersitio del gobierno.
