Alcance. Los incrementos a los combustibles van más allá del impacto a los automovilistas. EL SIGLO DE DURANGO
A la fecha, no hay artículo ni servicio que no hayan sido repercutidos por el constante incremento al precio de los combustibles.
Así lo manifestó el diputado local Gustavo Pedro Cortés, ayer que se dio el duodécimo y último incremento de 2010.
Todos los ciudadanos emplean de forma directa o indirecta la gasolina y/o el diesel, por lo que además del problema que representa el incremento a estos combustibles, se añaden los efectos (también económicos).
El traslado de las mercancías implica un mayor costo, mientras que los comerciantes no absorben el impacto más fuerte que esto genera, sino que se lo ceden a los consumidores.
El deterioro que dicha situación causa es muy grave para todos, pero sobre todo para quienes perciben ingresos mínimos, que les alcanzan para muy pocas cosas.
Mencionó que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio en el que concluye que siete de cada diez duranguenses que tienen un empleo recurren a préstamos para poder terminar la quincena.
Esto deja ver cómo el ingreso que percibe la mayoría de los ciudadanos no es suficiente para cubrir sus necesidades, pues la carestía rebasa los ingresos.
FALTA COHERENCIA
A partir de este año, la gasolina en México es más cara que la de Estados Unidos, además de que se ha incurrido en una serie de contradicciones relacionadas con el potencial que no aprovecha el país.
"Vendemos petróleo y compramos gasolina, lo que resulta incoherente para un país que supuestamente busca el desarrollo y la recuperación económica.