Filtración. El fundador de Wikileaks Julian Assange muestra una publicación del diario británico The Guardian.
La Casa Blanca advirtió que unos 91,000 registros militares estadounidenses secretos sobre la guerra en Afganistán, filtrados recientemente a un cibersitio, son ilegales y tienen el potencial de poner bajo riesgo físico a las tropas de Estados Unidos y sus aliados en ese país.
El vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que el presidente Barack Obama fue alertado de la filtración la semana pasada, después que funcionarios de su Gobierno se reunieron con organizaciones informativas que tuvieron acceso a los documentos.
Los registros, difundidos en el sitio en línea especializado en denunciar documentos secretos WikiLeaks, equivalen a un recuento diario de seis años de la guerra en Afganistán, incluyendo incidentes no reportados de asesinatos de civiles afganos y operaciones encubiertas contra figuras talibanes.
El coronel Dave Lapan, portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, dijo que los militares probablemente necesitarían "días, si no semanas" para revisar todos los documentos y determinar "el daño potencial a la vida de nuestros soldados y socios de la coalición". Gran Bretaña y Pakistán se han unido a la Casa Blanca para condenar la difusión de los documentos secretos hasta ahora. El Gobierno de Afganistán dijo ayer que está sorprendido por la filtración informativa, pero insistió en que la mayoría de los datos no es nueva.
Horas antes, en Londres, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, dijo que tiene miles de archivos más de Afganistán que puede difundir por Internet. Assange dijo que la filtración ha sido como abrir los archivos de la antigua Policía secreta de Alemania Oriental, la Stasi, y que los documentos militares recién descubiertos parecen contener evidencia de crímenes de guerra, pero que "le corresponde a un tribunal decidir al final si algo realmente es un delito. Dicho lo cual ... sí parece haber evidencia de crímenes de guerra". Dijo que lo que se ha reportado hasta ahora sólo ha "pelado la superficie".
La filtración fue colocada por WikiLeaks el domingo en su sitio de la red mundial. Los diarios The New York Times, el Guardian de Londres tuvieron pronto acceso a los documentos.