'Rolfi' Montenegro hizo un gran esfuerzo pero no pudo anotar. (El Universal)
México, DF.- Fue intenso, emotivo durante algunos periodos, aunque doloroso para los americanistas. Eso explicó el desencanto dentro y fuera de la cancha tras el silbatazo final de Armando Archundia, para un 2-2 entre Águilas y Toluca.
Las Águilas protagonizaron una vertiginosa media hora ante el Toluca, pero no supieron aprovechar la superioridad numérica durante casi 60 minutos, por lo que el 2-2 les supo amargo.
Los Diablos Rojos se fueron del estadio Azteca casi con el boleto a las semifinales en el bolsillo. Los cremas tendrán que ganar en el Nemesio Díez para arrebatárselos, lo que no consiguen desde hace cuatro años y medio. Cayeron en sus tres más recientes presentaciones en el "infierno", lo que complica la misión.
Jesús Ramírez lo intentó, sobre todo con el ingreso de Daniel Márquez. El chico se desempeñó en el eje del ataque, pero careció de "punch", pese a que contó con la ayuda de Daniel Montenegro y Ángel Reyna.
La apuesta fue más arriesgada cuando Antonio López sustituyó a Juan Carlos Silva. Chucho buscó un cuarto de hora asfixiante para los escarlatas. Así fue, pero con la falta de contundencia que ha aquejado a su equipo durante el Bicentenario 2010.
El Rolfi volvió a ser el hombre que marca la diferencia para los capitalinos. Corrió, desbordó, sirvió un gol e intentó de media distancia, pero su talento no alcanzó para obtener la victoria.
Ya con un hombre menos en el lienzo verde y empatado en el marcador, José Manuel de la Torre decidió aplicar el candado. Un contragolpe orquestado por Sinha era la única esperanza del Chepo.
El tiempo ganado por Alfredo Talavera en cada jugada lo demostró. El arquero del Toluca fue el centro de los reproches por lo que se tardó cada que reanudó el encuentro. La amonestación que recibió no lo frenó.
Pável Pardo se resintió del problema muscular que le impidió entrenar con normalidad al inicio de la semana anterior. El veterano le puso corazón y alineó, pero el cuerpo sólo aguantó 15 minutos. "El Torito" cumplió al suplirlo. Ni siquiera eso lo salvó de salir, cuando Ramírez optó por jugársela sin recato.
Chucho prefirió dejar a Rosinei como único escudo, mientras que su rival de estrategia sufrió en un palco. De la Torre pagó el primero de sus dos partidos de castigo con intenso sufrimiento. Así lo decidió tras la tarjeta roja mostrada a Diego Novaretti (34'). Sus caudillos le respondieron con entrega y orden táctico.
El estratega Águila sufrió con cada yerro. Con las manos en los bolsillos, observó la desesperante falta de efectividad de un grupo al que le sobra alma, pero carece de puntería.
El América fue el único de los clubes locales en la ida de los cuartos de final que no sacó ventaja. Se jugará su temporada en un campo que suele complicársele.
Los silbidos apenas se percibieron cuando las Águilas se enfilaron al vestuario. No hicieron falta. Ellos mismos se reprocharon la gran oportunidad que dejaron ir al no ganar un duelo que dominaron durante muchos minutos.
Los Diablos Rojos salieron vivos de Santa Úrsula con un futbol simple y ordenado, que desnudó las carencias ofensivas de un conjunto al que le falta gol a la hora cero.
