Deberán pagar. Barack Obama acusó de 'irresponsable' a la BP y afirmó que obligará a la petrolera a que pague por el derrame.
En su primer mensaje a la nación desde que llegó a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama echó mano ayer del tono y la solemnidad de la que han hecho alarde sus predecesores en tiempos de guerra o de crisis para anunciar su "plan de batalla" para contener un derrame petrolero que hoy es causa de la peor tragedia medioambiental en Estados Unidos, así como para indemnizar a las víctimas y restaurar el ecosistema dañado por British Petroleum (BP) en el Golfo de México.
El "plan de batalla", una estrategia que tendrá tres grandes pilares, pasará por contener en primera instancia el derrame de petróleo hasta en un 90% en el curso de los próximos días y de forma definitiva hacia fines del mes de agosto, cuando la empresa responsable de este derrame, BP, tendrá que haber finalizado la perforación de un pozo alterno para liberar presión y contener de forma definitiva el vertido.
"Los millones de galones de petróleo que se han derramado en el Golfo de México son peor que una epidemia, de esas que son combatidas durante meses e incluso años", aseguró Obama en alusión a un derrame que, según los más recientes cálculos, es de entre 35 mil y 60 mil barriles por día, es decir, 12 veces el cálculo inicial que hizo BP ante la incredulidad de científicos y de la propia Casa Blanca.
La semana pasada se había estimado que el derrame estaba entre 20 mil a 40 mil barriles por día.
Como segunda parte de este "plan de guerra", el presidente anunció un plan de recuperación y restauración que pasará por la designación de un "zar" para la restauración del golfo de México, una responsabilidad que recaerá en Ray Mabus, el actual secretario de la Armada y ex gobernador de Mississippi.
Obama adelantó que hoy miércoles mantendrá por primera vez un "cara a cara" con los máximos responsables de BP para demandarles la creación de un fondo -que, en opinión de algunos congresistas demócratas, no podría ser menor a los 20 mil millones de dólares- para pagar los daños del vertido e indemnizar a los afectados. Este fondo estaría bajo la responsabilidad y titularidad de un tercero.
El tercer gran pilar del mandatario pasará por una mayor regulación de la industria petrolera, una responsabilidad que recaerá, en buena medida, sobre los hombros de Michael Bromwich, un antiguo fiscal federal e inspector general de la era Clinton que llegará para hacerse con las riendas del Servicio de Gerencia de Minerales y convertirse en una suerte de super fiscal de las empresas petroleras.
BP reanudó ayer la captura de petróleo de su pozo averiado en el golfo, luego de una breve interrupción por un incendio pequeño en una torre del barco que recolectaba el fluido.
