SECUNDARIA. No se puede construir una escuela digna porque el terreno es irregular, no se ha entregado.
"Como sardinas" se sienten los alumnos de la Secundaria General Número 14 de Nueva Creación, en Torreón. Estudian en pequeños salones en donde apenas se pueden mover.
Salones improvisados
En la secundaria hay tres salones que están divididos por una tabla, por eso los gritos se escuchan con facilidad de una aula a otra. Los alumnos apenas si logran concentrase por el ruido.
En total son 123 alumnos de primero, segundo y tercero de secundaria. Desde hace tres años estudian hacinados en una finca de la colonia La Perla, que un maestro les prestó para convertirla en escuela.
Carencias
La finca cuenta con tres cuartos que fueron acondicionados como salones, pero resultan insuficientes para albergar a los alumnos.
Tan sólo en primero hay 53 alumnos, mientras que en segundo y tercer grado son 38 y 30 jóvenes, respectivamente.
Maestros
Wilbert Peniche Polanco, director de la primaria, asegura que el hacinamiento no es el único problema que enfrentan en la secundaria, también la falta de maestros en las materias de Inglés, Tecnologías, Geografía, y Coahuila, una visión a futuro.
"Somos nada más nueve maestros para 123 alumnos. La escuela no tiene clave y ningún profesor recibe salario, todos trabajan con la esperanza de obtener una plaza cuando la escuela esté lista".
Sin embargo, la Secretaría de Educación y Cultura no puede edificar la secundaria en el fraccionamiento Ex Hacienda La Perla porque la constructora no ha cumplido con la entrega del terreno destinado para el plantel.
Terreno
"Por esa razón el Ayuntamiento no puede entregar el terreno a la Secretaría de Educación y Cultura. La constructora ha hecho caso omiso a nuestras solicitudes y es una lástima que por esa razón los alumnos estudien en estas condiciones".
En la dirección de la secundaria también está la prefectura y la biblioteca, pero la oficina es de apenas 1.5 por 3 metros cuadrados.
En los salones, algunos alumnos se sientan en las paletas de los pupitres y colocan los cuadernos en sus libros para poder tomar los apuntes.
Diana Fernández, alumna de tercer grado, dice que todos se sienten como "sardinas en latas".
" Nos gustaría tener una escuela más grande porque no podemos estudiar así, todos amontonados".