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¡Aplana tu vientre!

BELLEZA

Recuerda que la clave principal para el vientre plano está en el ejercicio y sobre todo una dieta balanceada.

Recuerda que la clave principal para el vientre plano está en el ejercicio y sobre todo una dieta balanceada.

Dra. Mayela Villarreal Reyes

Hay un dicho popular que sentencia: “al que nace para panzón, ni aunque lo fajen de chico”. Sin embargo tal afirmación es sólo un tabú. Tener un vientre plano está al alcance de todo aquel que esté dispuesto a trabajar para conseguirlo.

Presumir un abdomen sin ‘bordos’, tonificado y bien marcado, es el privilegio de muy pocos. Algunos son afortunados y lo lucen desde la adolescencia, sin esforzarse para tenerlo, ya que su constitución es así y sólo requieren hacer un leve esfuerzo para mantenerlo plano toda la vida.

Pero otros lo han conseguido a pulso; por si no lo sabes, es perfectamente posible trabajar para verte como tú quieras. No se trata de soñar, sino de querer realmente eliminar la grasa abdominal que deteriora tu look y también tu salud.

LA RAÍZ DE LA BARRIGA

Para combatir la panza lo primero es saber por qué aparece. El cuerpo almacena en forma de ácidos grasos lo que consume y no es utilizado como energía. Cada organismo tiende a acumular dicha reserva en diferentes zonas corporales, dependiendo de su carga genética. Hay quien lo acopia en la espalda y los brazos, en las caderas o en el abdomen. Aparte de la herencia interviene el sexo. Claro que esto no es una regla y si una mujer o un hombre no cuida su peso, indiscutiblemente la gordura se hará notar en su vientre.

Pero todo lo anterior es únicamente un motivo, no tan determinante como lo que comentaremos a continuación. ¿Sabes qué otros factores contribuyen a que tengas una gran barriga?

-Alimentación inadecuada. Es decir, consumir más calorías de las que necesitas.

-Vida sedentaria. No realizar ninguna actividad física fuera del trabajo o el hogar. Este punto y el anterior aplican para ambos sexos.

-Estrés. Está comprobado que las mujeres con abdomen abultado presentan un alto nivel de cortisol, hormona que se eleva en situaciones de estrés y propicia la acumulación de grasa en el vientre, para utilizarla en situaciones de emergencia.

-Hormonas. Los cambios hormonales que se manifiestan en el cuerpo femenino, sobre todo en el climaterio y la menopausia, aumentan las medidas del abdomen con depósitos de grasa y flacidez de los músculos, haciéndolo notoriamente más voluminoso.

CONSTRUYE TU APLANADORA

Si la Naturaleza y las circunstancias no te han favorecido hasta ahora, no dejes que eso siga siendo un pretexto. Toma nota de lo que necesitas hacer para desalojar a la terrible pancita.

-Aliméntate sanamente. Apóyate en menús variados, que incluyan cuatro o cinco comidas al día y limitando las calorías a tu requerimiento diario. Evita el consumo de platillos grasosos, así como de comida chatarra y frita. Cambia las frituras por verduras y frutas y haz todo lo posible por acudir a un especialista (nutriólogo) para que te diseñe un plan equilibrado de acuerdo a tu peso, edad, sexo y estilo de vida.

-Haz ejercicio. Camina 30 minutos diariamente. Practica natación o bien sal a pasear en bicicleta o a correr. Ponerte en movimiento no nada más tendrá efectos positivos en tu figura, te servirá igualmente para alejar al estrés.

-¡Duro con los las abdominales! A la par de alguna de las actividades mencionadas, hay que iniciar una rutina diaria de dos a tres series, de 20 a 30 repeticiones cada una, y luego aumentar el número de series. Un instructor especializado puede enseñarte a hacerlos correctamente, decirte qué tipo de abdominales es más conveniente en tu caso, y te indicará cuándo ampliar el tiempo de la actividad. Ojo: toma en cuenta que para deshacerte de la grasa ventral primero deberás llegar a tu peso ideal (aunque al ir perdiendo kilos, ésta empezará a disminuir gradualmente).

-Mantén tu intestino funcionando adecuadamente. Consume alimentos ricos en fibra y evita comidas que producen estreñimiento y gases, pues causan distensión intestinal y empeoran tu apariencia, hinchando más tu vientre.

-Toma agua. Bebe al menos seis vasos al día o el equivalente a dos litros, incrementando la cantidad según el clima de tu ciudad y el ejercicio que haces. Recuerda que tomar agua no sólo hidrata, también desintoxica, favorece la liberación de toxinas y ayuda a mejorar la digestión.

-Lleva hábitos saludables. Si consumes alcohol procura que sea en cantidades mínimas. No fumes. Con la edad, estos hábitos pueden contribuir a que crezca la panza.

OTRAS AYUDAS

Recuerda que la clave principal para el vientre plano está en el ejercicio y sobre todo una dieta balanceada. No esperes obtener cambios de la noche a la mañana, se necesita mucha dedicación y constancia. No obstante, si tu trabajo ya va por buen camino, hay algunos tratamientos en los que puedes apoyarte.

-Mesoterapia. Consiste en la aplicación de medicamentos homeopáticos en la región abdominal, para optimizar la asimilación de las grasas localizadas. Programa sesiones una vez por semana, notarás una mejoría desde la primera consulta.

-Cápsulas de infrarrojo. Te aplicarán cremas reductoras, cubriéndote con envolturas plásticas. Puedes quemar hasta 2,000 calorías por sesión.

-Masaje reductor. Con dos sesiones de 45 minutos cada semana podrás lograr muy buenos avances.

-Electrocelulolipólisis. Este tratamiento desdobla las grasas a sus componentes esenciales para ser utilizados como fuente de energía. Actúa por medio de agujas subdérmicas, conectadas a un aparato electroestimulador.

-Vendas de yeso. Actúan en tan sólo siete días, disminuyendo hasta en 4.5 centímetros el abdomen.

-Fajas reductoras. Busca una de látex termogénico, y utilízala durante dos horas diarias.

Es importante remarcar que cualquiera de estos tratamientos debes acompañarlo con los cambios necesarios en tu alimentación y actividad física, si es que realmente anhelas tener resultados adecuados y a largo plazo.

NO ES SÓLO POR IMAGEN

Tener un vientre plano no sólo es cuestión de presumir una figura envidiable. Toma en cuenta que la grasa abdominal puede estar libre entre el músculo y la piel, o bien situarse entre el tejido muscular y visceral en la zona del vientre (concretamente entre los intestinos y el área del pericardio), siendo esta última la más dañina para la salud, ya que la aumenta el riesgo coronario y favorece el depósito de grasa en las arterias.

Otro peligro de tener un abdomen voluminoso es la posible presencia de diabesidad, término médico derivado de obesidad y diabetes. Así, los varones deben procurar que su cintura (ubicada dos centímetros arriba del ombligo) no rebase los 102 centímetros de circunferencia, y las mujeres que no pase de 88, pues de lo contrario tienen grandes posibilidades de presentar diabetes tipo 2.

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