La llegada de Vicente Matías Vuoso y del uruguayo Vicente Sánchez pretende terminar con esa irregularidad goleadora que tuvo América durante el Torneo Bicentenario 2010 del futbol mexicano.
La baja del paraguayo Salvador Cabañas en el inicio de este 2010 fue un duro golpe en el aparato ofensivo del equipo que en ese momento dirigía Jesús Ramírez, y la cual no pudo ser bien suplida ya que ni la directiva ni el cuerpo técnico realizaron una planeación adecuada para cualquier eventualidad.
Ante esta situación, Ramírez tuvo que echar mano de gente de las fuerzas básicas, en especial de Daniel Márquez y Antonio López, jugadores que cumplieron con cuatro y cinco tantos. de manera respectiva, pero sin llegar a ser la solución.
Al asumir la dirección técnica, Manuel Lapuente sabía que necesitaba reforzar esa zona del equipo, que tras la baja de Cabañas, a partir de la fecha tres, tuvo un descenso significativo en su accionar, pese a la goleada de 6-0 que le propinó a Querétaro.
Para ello, los de Coapa se hicieron nuevamente de los servicios del argentino naturalizado mexicano, Vicente Matías Vuoso, quien fracasó en su primera etapa en este equipo.
En busca de un hombre que se encargue de poner los servicios y no se le deje la responsabilidad al argentino Daniel Montenegro, la directiva contrató al uruguayo Vicente Sánchez, pero habrá que ver en qué nivel se encuentra, luego de su paso por Europa con el Schalke 04.
La misión en primera instancia es superar los 31 goles que marcaron en 19 partidos, pero sobre todo terminar con esa mediocridad que los ha caracterizado los últimos años.
