La ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien se mantiene como el personaje político más popular del país, enfrenta ahora una ola de críticas por la lenta reacción de su gobierno tras el terremoto de febrero pasado.
La ministra secretaria general de Gobierno, Ena Von Baer, dejó de lado la actitud moderada que había mantenido el Poder Ejecutivo respecto a Bachelet, a quien acusó de 'incapacidad' para enfrentar los problemas derivados del terremoto del 27 de febrero.
Al reafirmar sus críticas por la lenta respuesta del gobierno de Bachelet al terremoto y posterior tsunami que devastó la zona centro-sur del país, Von Baer dijo que 'no basta' con el reconocimiento de errores por parte de la ex mandataria.
'No basta con estar en conocimiento de que existe una deficiencia (en los organismos de emergencia), sino que es relevante enfrentar los problemas y solucionarlos', añadió la portavoz del gobierno del presidente Sebastián Piñera, en el poder desde marzo pasado.
'Nos parece grave que si el gobierno anterior estaba consciente de las debilidades de los sistemas de emergencia que tenemos como país, no haya hecho absolutamente nada', sostuvo Von Baer.
Las críticas, por primera vez a nivel del Poder Ejecutivo, se sumaron de esta forma al cuestionamiento que ha recibido el gobierno de Bachelet (2006-2010) por su actuación para afrontar la catástrofe derivada del sismo de 8.8 grados Richter de febrero anterior.
Desde los partidos de la gobernante Coalición por el Cambio se acusó a Bachelet de 'falta de liderazgo' por no haber ejercido el mando en la emergencia e incluso se le ha responsabilizado de los decesos que causó el tsunami, por la falta de un sistema de alerta temprana.
Legisladores oficialistas, incluso, impulsaron la apertura de una Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados para establecer las 'responsabilidades políticas' en torno al terremoto y tsunami de febrero pasado, con la mira puesta en la ex presidenta Bachelet.
Analistas locales, por su parte, coinciden en indicar que el intento de erosionar la imagen de Bachelet está enfilado a frustrar sus posibilidades de emerger como una figura que pueda desplazar a la actual coalición de gobierno de la Presidencia en 2014.
Bachelet terminó su gobierno con un histórico 84 por ciento de popularidad, según una encuesta realizada por la empresa Adimark después del terremoto del 27 de febrero.
